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31 marzo 2015

200.000 firmas falsificadas

Por Jesús Rangel Rachadell

El difunto Tascón dijo eso el 20 de febrero de 2004, refiriéndose a la recolección de firmas hecha por la oposición para convocar el referendo revocatorio presidencial. Cito: En opinión del diputado Luis Tascón (MVR), aunque una persona “haya firmado legítimamente” se cataloga como “megafraude” porque dentro del proceso “hay miles de personas firmando de manera ilegal”. Ahora el gobierno pide 10 millones de firmas para entregarlas a Obama “en rechazo al decreto del gobierno de Estados Unidos contra varios funcionarios venezolanos”; sin ningún tipo de control sobre esas firmas; mínimo el gobierno debió solicitarle al Consejo Nacional Electoral que lo asistiera en ese proceso, tales como asesoramiento técnico o el papel de seguridad para dejar constancia de los solicitantes, no vaya a ser que firmen extranjeros o menores de edad.
El gobierno podría llamar a sus amigos de la Alba, de Mercosur o de Unasur para que se constituyan en observadores del proceso de recolección de firmas.
Este proceso no tiene suficientes mecanismos de control, tales como el uso de papel de seguridad en las planillas, la inclusión de los números seriales de las planillas en las actas, la identificación plena del ciudadano mediante la solicitud de firma y huella dactilar, la verificación física de las planillas, el cruce de los nombres de los ciudadanos con los datos del Registro Electoral, el examen de las actas para verificar que las planillas estén debidamente relacionadas en la misma y la presencia de testigos y personal entrenado y designado por el Consejo Nacional Electoral.
Lo que puede estar pasando es que miembros del PSUV estén asistiendo de buena fe a los firmantes para llenar la información básica; o lo que es peor, puede que algunos ciudadanos sean errónea o fraudulentamente incorporados en las planillas, y ellos debieran tener la oportunidad de remover sus nombres mediante algún proceso de revisión.
No sé si me incluyeron o me incluirán sin mi autorización dentro de ese paquete de 10 millones de firmas, pero me niego a firmar para que dejen de perseguir a esos corruptos que están robando el dinero de los venezolanos o violando los derechos humanos de los estudiantes y políticos presos.
Si pudiéramos controlar esas 10 millones de firmas encontraríamos algunas que parecen ser similares, y que deben ser revisadas cuidadosamente, para poder rechazar las no genuinas.
Si las planillas o el libro de recolección de firmas tuviesen un número, si un Agente de Recolección, y solo esa persona, se le hubiese hecho responsable de unas planillas, tendría menos dudas sobre la veracidad del procedimiento de recolección de las firmas; pero nada de eso se hizo.
La recolección de firmas por parte del gobierno no tiene a un Observador del Consejo Nacional Electoral, como agente de buena fe, que verifique que estas firmas o las planillas no han sido alteradas, garabateadas o mutiladas; que determine que no existe discrepancias entre dos o más renglones que haga presumir que fueron llenados con una misma letra o caligrafía característica, particularmente en relación con las “firmas de caligrafía similar”, en el sentido de que prima fascie o “a primera vista” se note que los datos del renglón son llenados con una misma letra proveniente, con alto grado de probabilidad, por una misma persona.
Tampoco sabemos si desde Cuba le están “echando una ayudaíta” al gobierno en la recolección de las firmas.
Recordemos que la firma es la representación gráfica del nombre de una persona hecha de su puño y letra; si lo hace otra persona la identidad es dudosa, no podemos acreditar que procede de quien lo suscribe, para autorizar lo allí manifestado o para obligarse a lo declarado.
Mientras el gobierno está en su fiesta de guerra antiimperialista los venezolanos estamos como en un velorio, nos sentimos solos, tristes, con una sensación de vacío y de escasez de soluciones; todo por las políticas del socialismo del siglo XXI, que son suicidas y que están provocando hambre y muerte, y si tiene dudas vaya a cualquier hospital a ver a los enfermos firmando con su propia sangre la ausencia de insumos y la falta de repuestos médicos.
Mi estimado Obama, no tengo ninguna duda de que estos locos te van a entregar incontables firmas planas.

@rangelrachadell

16 marzo 2015

Decretos de guerra

Artículo de opinión publicado en El Nacional: http://www.el-nacional.com/jesus_rangel_rachadell/Decretos-guerra_0_592740867.html

Durante año y medio el gobierno pudo legislar como mejor le parecía, disfrutó de una ley habilitante que lo facultó para eso. El resultado de este ejercicio fue una hemorragia de leyes, 50 leyes, casi todas publicadas a último minuto, y algunas varias semanas después de haberse vencido la fecha límite, siendo la fecha de publicación una burda mentira.
Ahora el Poder Ejecutivo tiene una nueva ley habilitante para: “Garantizar la pervivencia de la nación”, y “legislar de una manera ágil”, para impedir “los efectos perniciosos de la injerencia en los asuntos internos”…, “por parte de potencias extranjeras”; y busca consolidar “un ordenamiento jurídico antiimperialista, neutralizando cualquier perturbación del orden constitucional”.
Con esta ley habilitante el gobierno busca: activar “medidas precautelares y asegurativas de carácter legislativo”; el “reforzamiento de las garantías en los ámbitos… sancionatorio y de justicia, de seguridad interna y exterior”,… “frente a agresiones extranjeras y de factores internos dirigidas a perturbar la paz, la tranquilidad pública y la economía nacional”… “así como poder disponer de las normas que habiliten la precaución y anticipación preventiva en situaciones de posible perturbación o lesión”.
El decreto ley faculta al presidente para que, entre otros, dicte o reforme leyes en el ámbito de la libertad y la inmunidad; y normar el “sistema de responsabilidades civiles, administrativas y penales”.
Las “posibles injerencias” le han dado la excusa al gobierno para restringir el sistema de libertades, al cual no le tiene mucho respeto, pero le permite guardar un mínimo de formas legales; por eso no me sorprendería que detengan, sin fórmula de juicio, a gobernadores, diputados y legisladores –quienes son los que tienen inmunidad–, como ya lo hicieron con el alcalde Ledezma; que aumenten las penas previstas contra los delitos de traición a la patria o las relacionadas con los delitos contra el orden del Estado y que se inicie una persecución contra todos los que piensan distinto, como hicieron con la lista de segregación política que el difunto presidente autorizó que le dieran al difunto Tascón.
Los Estados represivos utilizan la ley como una patente de corso, y la circunstancia de una amenaza de guerra puede generar excesos como los de Hitler, Mussolini o Pinochet.
Hitler fue habilitado para crear tribunales especiales; enviar a sus opositores a tribunales de guerra; disolver todos los partidos políticos y los sindicatos; eliminar los convenios colectivos y el derecho a huelga; intervenir y designar a las autoridades universitarias; reglamentar la cultura –de lo cual ya tenemos un adelanto en este gobierno con la compra de medios, el cierre de radios y las instrucciones a la prensa escrita sobre los titulares que deben publicar–; decretó un reclutamiento forzoso universal, no solo de la juventud, en el marco de una ley de servicio militar obligatorio; y los campos de concentración se crearon para evitar la “injerencia externa”.
A diferencia de Hitler, el gobierno venezolano no tiene los medios para un plan armamentista, no tiene repuestos militares ni fábricas ni alimentos para todos; pero sí podría reestructurar la fuerza armada a imagen y semejanza de Cuba.
Mussolini dictó las llamadas leyes raciales fascistas; la persecución a la homosexualidad –un presidente homofóbico hace esas cosas–; acabó con el régimen parlamentario; se le atribuyó la muerte de un diputado por su posible interés en ese hecho; creó el Tribunal de Delitos Políticos y una policía política; y siguió con la cartilla de disolver los partidos políticos y el cierre de periódicos; todo esto basado en las leyes que sus poderes extraordinarios o habilitantes le otorgaban. El gobierno podría suspender a las pocas autoridades electas que tiene la oposición o convertir en una farsa los próximos procesos electorales, como lo hizo el Duce.
Pinochet les enseñó a los gobiernos represores que hay que esconder el camino del dinero, él usó el mecanismo de leyes “secretas” y “reservadas” para el traspaso de dinero desde el Banco Central y la Tesorería General de la República de Chile, a las cuentas reservadas de las instituciones militares, con la justificación de “cubrir la diferencia generada por la adquisición de material bélico”, y hubo muchas necesidades operativas y horas extras por parte de la fuerza armada. Actualmente las actas de la Junta Militar son “secretas”, por lo que falta mucho por descubrir.
Todo lo expuesto se puede hacer con una habilitación para dictar decretos con rango, valor y fuerza de ley; más la anuencia del Tribunal Supremo de Justicia.
El gobierno abusa de su posición de poder para perseguir a la oposición e invade sus sedes; tramita la ilegalización de un partido como Copei, y la policía política persigue con citaciones a sus dirigentes, tratando de cerrarle los espacios democráticos. La Asamblea Nacional niega la investigación de las fortunas fraudulentas para que no se sepa la realidad de la administración de los dineros públicos. El partido de gobierno demuestra el terror que tiene a lo que puedan descubrir otros países sobre el dinero mal habido de sus funcionarios, que en definitiva es lo que el gobierno de Estados Unidos está investigando, y para ello la declaratoria de emergencia que le permitirá utilizar fondos del presupuesto de ese país para seguirle la pista al posible desvío de recursos públicos por parte de las autoridades venezolanas.
La ley habilitante no impedirá que el gobierno de Estados Unidos confisque el dineral que se han llevado, por eso los rojos no tendrán más remedio que traer esos reales a Venezuela, ya que no los tienen seguros en ningún banco del mundo, solo aquí los podrán disfrutar.
@rangelrachadell

03 marzo 2015

Sospechosos habituales

Por Jesús Rangel Rachadell

Artículo de opinión publicado en El Nacional: http://www.el-nacional.com/jesus_rangel_rachadell/Sospechosos-habituales_0_584341683.html

Esta es una historia no-velada.
—Mi comandante, ¿a quién detenemos?
—Subalterno, detenga a todo el que no esté de acuerdo con el proceso, al que haga colas, al que pida la renuncia, al que se porte mal, al que venda su puesto en las colas, al que compre dólares, al que no compre dólares, al que hable de la transición, al que pida dinero por ahorrarse la cola, al que hable de escasez, al que firmó el remitido y al que no lo firmó también.
—¿Pero quiénes son esos?
—Subalterno, detenga a los sospechosos habituales, usted sabe, empiece por los dirigentes políticos, a esos que hemos grabado.
—Mi comandante, no hay suficientes cárceles para meter presa a tanta gente.
—Subalterno, eso no me importa, usted los mete presos y luego vemos.
—Comprenda, no hay cómo alimentarlos, el Mercal y el Pdval no dan para el pueblo ni para la clase media; además, ya se nos acabaron las oficinas blancas sin ventanas, a cinco pisos bajo tierra, y el aire acondicionado nos eleva la factura de la electricidad.
—Subalterno, usted no entiende, nos quieren tumbar; el que se tendrá que ir para Cuba soy yo, no usted; y los miembros del gabinete se la dan de limpios por lo que no van a ayudarme con los gastos del destierro.
—No exagere mi comandante, aquí nos quiere 10% del pueblo, y según su encuestador favorito llega casi a 15% los que nos adoran. Usted no se tendrá que ir, espere a las elecciones y les daremos una demostración de entereza, magnanimidad y aplomo ante las circunstancias.
—Plomo, buena idea; no se me había ocurrido, pero con perdigones, no a la cabeza; aunque en estos días me enteré de que este muchacho que jugaba básquet en El Cafetal redactó un precioso, un hermosísimo decreto que puede servir a esos fines. Sí, el uso de la fuerza debe ser delicado, proporcional, progresivo; eso dijo el muchacho que siempre se vestía de negro, y ahora se viste de traje; quien tiene un fabuloso don de palabra para justificar cualquier desmán.
—Mi comandante, si quiere hacemos una gran marcha de apoyo; eso sí, debe darme los reales ya que la gente no quiere venir a pasear a Caracas sin que le paguen, y menos si los obligamos a vestirse de colorines.
—Otra buena idea subalterno; usted está haciendo méritos para que el presidente lo nombre ministro plenipotenciario de la gran misión de altura al infinito y más allá, como decía el muñeco ese con alas que me gusta tanto.
—Mi comandante, usted tiene que hacer como Simba en el Rey León; debe gruñir a cada rato, por todos los medios; así la gente se acuerda de usted y se olvida de las colas, que falta la comida y el lavaplatos.
—Subalterno, toda la culpa la tiene ese remitido; si no hubieran puesto la palabra transición mis investigadores no se habrían dado cuenta de que quieren tumbar al presidente, solo tardaron una semana en darse cuenta de que en la prensa nacional se hablaba de transición. He conformado un equipo excepcional.
—Disculpe mi comandante, Ledezma no fue el primero que habló de transición; el padre Ugalde dijo en julio de 2014, hace un año, que: “Es inevitable un gobierno de transición salido del chavismo”; eso significa que la oposición no tomará el gobierno, que seremos nosotros mismos los que vamos a mandar.
—¡Nosotros es mucha gente! A mí me van a dejar por fuera, y eso no me agrada; yo tengo mujer e hijo por el cual responder, y no me gustaría que se queden sin chamba.
—¿Qué le parece si perseguimos a los partidos políticos y a sus dirigentes?
—De eso está encargado el coco pelado, en estos días lo habían operado, pero ya está bien; lo veo con mucho ánimo. Él se encargó de la invasión a las sedes de los partidos políticos, de tramitar su ilegalización ante el CNE, de grabar sus conversaciones sin la autorización de un juez; y corta y pega las palabras de los susodichos con mucho arte. El coco pelado es un genio.
—Mi comandante, eso de ilegalizar a los partidos suena interesante, debería aconsejar al presidente que lo haga, que ilegalice a toda la oposición, así no tendremos contrincantes en los comicios y ganaremos fácilmente; e internacionalmente tenemos a nuestros amigos que nos apoyarán incondicionalmente a cambio de unas pocas monedas, ni treinta.
—Estamos listos subalterno; teniendo definida la estrategia para los próximos días no queda nada más que hablar; solo espero que no maten a más muchachos.
—¿Y qué hacemos con Ledezma?
—Que se pudra.

17 febrero 2015

Historia de la fantasía

Por ahí hay un fulano de nombre Leamsy Salazar, exguardaespaldas, que anda diciendo que hubo uno que se murió el 30 de diciembre de 2012, y que los demás siguieron mandando en nombre del difunto, y que –desde el más allá o más acá– designaba a funcionarios públicos; por ejemplo: el entonces vicepresidente de la República, ciudadano Nicolás Maduro, expuso ante la Asamblea Nacional, el día 15 de enero de 2013, que el presidente de la República acababa de designar como ministro de Relaciones Exteriores al compañero Elías Jaua Milano y, además, vicepresidente político de Gobierno.

En la Gaceta Oficial Nº 40090, del día 15 de enero de 2013, apareció el Decreto Nº 9351, mediante el cual se nombró a Elías Jaua, con la siguiente redacción: Artículo Único. Nombro al ciudadano Elías Jaua, titular de la cédula de identidad Nº V 10.096.662, ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, con las competencias inherentes al referido cargo, de conformidad con el ordenamiento vigente. Dado en Caracas a los quince días del mes de enero de dos mil trece. Años 202º de la Independencia, 153º de la Federación y 13º de la Revolución Bolivariana. Ejecútese. (L. S.) Hugo Chávez Frías.

El Presidente –si estaba vivo– estaba facultado por el numeral tercero del artículo 236 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, expone: Artículo 236. Son atribuciones y obligaciones del Presidente o Presidenta de la República: 3. Nombrar y remover al Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva; nombrar y remover los Ministros o Ministras.

La designación de los ministros es una facultad privativa del presidente de la República, y por la Ley de Juramento, solo le corresponde al presidente la juramentación de los ministros, no al funcionario que estaba ejerciendo como vicepresidente, es decir, este ni siquiera podía válidamente juramentarlo.

Este acto de designación de ministro tenía que hacerlo el presidente de la República por cuanto el vicepresidente no tiene esa facultad, y tampoco estuvo entre las atribuciones delegadas; solo estaba facultado para firmar los actos que se señalaron en el Decreto Nº 9315, que refiere a las atribuciones delegadas al ciudadano Nicolás Maduro Moros, en su condición de vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela (G. O. N° 40078, 26/12/2012).

Sabemos que el presidente no se encontraba en Venezuela, como lo recogió la sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia Nº 02 de fecha 9 de enero de 2013, cuando expresó que “conserva su plena vigencia el permiso otorgado por la Asamblea Nacional, por razones de salud, para ausentarse del país por más de cinco (5) días”.

La ciudad de Caracas es el “asiento de los órganos del Poder Nacional” (Art. 18 CRBV), y el Presidente –si estaba vivo– apareció firmando, así aparece publicado en la mencionada Gaceta Oficial, que se encontraba en la ciudad de Caracas; en el Decreto aparece la frase “dado en Caracas” y no “dado en La Habana”; ahora bien, si es cierto lo que dicen que dice Leamsy Salazar, estaríamos frente a un fraude del tamaño de la Presidencia de la República.

El presidente no se encontraba en Caracas –estaba en Cuba–, en consecuencia el decreto de designación del ministro Jaua expresaba una mentira, por cuanto Cuba no es el asiento de los órganos del poder nacional venezolano.

Visto este comportamiento, no me extrañaría que las sentencias del máximo tribunal pudieran ser firmadas en La Habana, Cuba; que las leyes producidas por la Asamblea Nacional fueran firmadas en La Habana, Cuba, o que la presidenta del Consejo Nacional Electoral anunciara los resultados de las elecciones de los representantes del poder público venezolano desde La Habana, Cuba.

Clarísimo estamos en que el decreto de designación de ministro no se firmó en Caracas, y podemos sospechar que esa firma que apareció como la firma del presidente de la República también es falsa, ya que si es cierto que se firmó en la ciudad de Caracas no puede ser cierto que la firma manuscrita es la del presidente, cuando sabemos que este estaba en La Habana. De lo que no estamos seguros es de si murió el 30 de diciembre o el 5 de marzo; pero de lo que sí estamos seguros es que aquí se manda en nombre de otro, o por lo menos eso es lo que nos enseña la propaganda oficial cuando insiste en que ellos gobiernan en nombre del difunto, que este vive, que uno es hijo del otro, y que todos son el difunto.

“La historia es siempre una fantasía sin base científica, y cuando se pretende levantar un tinglado invulnerable y colocar sobre él una consecuencia, se corre el peligro de que un dato cambie y se venga abajo toda la armazón histórica”. Pío Baroja (1872-1956). Escritor español.

03 febrero 2015

La venganza es mía

Por Jesús Rangel Rachadell

Artículo de opinión publicado en El Nacional


Cuando escribo este artículo se está desarrollando la noticia de la apropiación de Farmatodo; no sé si para cuando se publique se habrá corregido este error monumental contra la empresa privada o si estarán presos unos gerentes que posiblemente estaban haciendo lo mejor posible para administrar la parte que les tocó en la enorme crisis en la que nos ha hundido el socialismo del siglo XXI.

Ante la rabia que produce este hecho me encuentro con un deseo de venganza, casi con odio, un deseo de reconstruir este gobierno, pero eso no es cristiano; tengo que recurrir a toda mi religiosidad para entender esta circunstancia.

Ya ha habido otros momentos de rabia, como cuando se cogieron el canal de televisión Radio Caracas; la muerte de los Faddoul; la muerte de Mónica Spear; el ataque a la plaza Altamira cuando De Gouveia (hubo quien se refirió a este personaje como el “señor” Gouveia) mató a varios manifestantes de la oposición; la emboscada a los muchachos el 12 de febrero de 2014, cuando ningún fiscal pudo salir a recibir un simple papel; el mismo Dakaso, que algunos lo podrán haber celebrado, pero era el comienzo de lo que estamos viviendo ahora.

Qué fácil es cogerse el trabajo ajeno; expropiar se parece tanto a robar.

Muchas personas le desearon la muerte a quien dirigía este proceso revolucionario, y se confesaron por cuanto ese deseo es pecado; se lo pueden preguntar a cualquier sacerdote, quienes tuvieron que absolver de ese infausto deseo a muchos; pero la muerte no resolvió nada. Haya muerto por cáncer, con dolor o sin el, un día de diciembre o de marzo, eso no importa; lo que importa es que las políticas implementadas por ese gobierno siguieron y son las mismas que provocan la actual crisis económica y social.

En las colas se habla de cuando esto cambie; de todo lo que hay que hacer; de todos a los que hay que meter presos, por corruptos, por narcotraficantes, por contrabandistas, por ladrones y por rateros. Hay un deseo de venganza en el que muchas personas se están solazando, es el placer de la justicia con castigo, y que sea rápido, que sea duro, que deje huella.

Lo que no saben es que eso es imposible, para empezar no se podrá castigar a todos, por cuanto el castigo solo puede ser consecuencia de la justicia, de un procedimiento en el que se prueben las faltas cometidas, en el que se le dé el derecho a la defensa al investigado, y se les sancione de acuerdo a la ley; pero no con estos jueces, ya que será de los primeros reemplazos que va a ocurrir.

Otros hablan que los cubanos son los culpables y que los miles de ellos que se encuentran en nuestro país deberían regresarlos a Cuba; y eso es verdad, el peor castigo que se les puede dar a los cubanos, quienes están cobrando una miseria por un convenio petrolero que paga su presencia a precio de oro, es regresarlos a Cuba; lo que pasa es que muchos de ellos no tienen la culpa, y fueron los primeros sorprendidos (o los últimos ya que sabían lo que iba a ocurrir en nuestra patria), cuando llegaron estaban alborozados por la cantidad ingente de productos y variedades que conseguían, de la cantidad de electrodomésticos que enviaron a su país y que ahora no consiguen, ¿o usted cree que ahora los cubanos no tienen que hacer colas como hacían en su país?

Otra de las cosas que debemos hacer es regresarle a sus legítimos dueños todos los bienes expropiados por razones políticas, mediante excusas de un futuro mejor que nos quitaron; o pagarles el valor actual de las inversiones de las que los despojaron. Debemos regresarle al país la confianza de que a nadie se le afectará su trabajo, su esfuerzo, su esperanza en un futuro mejor.

Sí, hay mucho por hacer, y la venganza es lo de menos; debemos transformar el marco jurídico que limita la producción del país, que impide que los productos se puedan conseguir, que dificulta el comercio; esto hay que mejorarlo, pero es tanto lo que hay que hacer que no será tan rápido como lo necesitamos.

El daño que ha producido el socialismo del siglo XXI debemos repararlo, tendremos un porvenir hermosísimo por cuanto nos habremos quitado este absurdo presente, trabajaremos por una patria de justicia; con coraje lucharemos por la libertad, veremos el futuro con la alegría de ser hermanos unidos; todo esto lo iniciaremos pronto.

Hoy estamos indignados, nos sentimos mal por las acciones de este gobierno, pero yo no voy a ser instrumento del odio, no tengo nada que cobrarle a los que de buena fe confiaron en esa gente que está haciendo tanto mal; yo no soy, y tampoco quiero considerarme una víctima del proceso revolucionario; yo quiero ser un actor del cambio no de la venganza, que no es mía; como nos recuerda la carta a los Hebreos, el Señor dijo: “La venganza me pertenece y yo daré la retribución”.H 10:30.

Sigamos las enseñanzas de san Pablo en su carta a los Romanos:

No devuelvan a nadie mal por mal. Procuren hacer el bien delante de todos los hombres. En cuanto dependa de ustedes, traten de vivir en paz con todos. Queridos míos, no hagan justicia por sus propias manos, antes bien, den lugar a la ira de Dios. Porque está escrito: Yo castigaré. Yo daré la retribución, dice el Señor. Y en otra parte está escrito: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Haciendo esto, amontonarás carbones encendidos sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien.

Romanos 12:17-21

@rangelrachadell

20 enero 2015

La solución electoral

Por Jesús Rangel Rachadell

Artículo de opinión publicado en El Nacional
http://www.el-nacional.com/jesus_rangel_rachadell/solucion-electoral_0_559144241.html

Salir de este gobierno por la vía electoral puede tardar un poco, y si nos atenemos a lo que establece la Constitución solo podemos solicitar un referéndum revocatorio.

Las exigencias del artículo 72 de la Constitución son: que transcurra la mitad del período (el actual período presidencial se inició el 10 de enero de 2013, por lo que la mitad del período se inicia el 26 de julio de 2016); que lo solicite 20% de los electores inscritos registro (que a la fecha de hoy son casi 19 millones de venezolanos), así que serían casi 4 millones de firmantes; tienen que concurrir a votar el día del referendo 25% de los electores, es decir, la cantidad de 4.750.000 electores; y que se superen los votos obtenidos por Maduro en su elección que fueron 7.587.579 votos, y esta es una cantidad considerablemente alta. Luego de la experiencia del año 2004, cuando el gobierno persiguió a los que firmaron, consecuencia de la solicitud de Chávez de la lista de los firmantes, por medio de su representante Luis Tascón, no vemos factible que los ciudadanos se arriesguen a colocar su nombre en unas listas que los puedan infamar.

Otro proceso electoral es la elección de los diputados a la Asamblea Nacional, esta elección no fuerza la salida del presidente, así la oposición obtenga 60% o 70% de los votos emitidos, pero es un mensaje directo a la legitimidad de ejercicio de la presidencia. El adelanto de estas elecciones suele ser una estrategia de los regímenes parlamentarios, que se utiliza cuando el gobierno ha perdido la mayoría en el parlamento, y si bien en Venezuela no tenemos esa institución, el hecho de que las últimas elecciones a la Asamblea Nacional se efectuaron el 26 de septiembre del año anterior al inicio del período, cuando estas elecciones se organizaban habitualmente para el mes de diciembre, por instalarse el primer período de las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional el 5 de enero siguiente -o el día posterior más inmediato posible-; nos demuestra que el Consejo Nacional Electoral puede convocar las elecciones parlamentarias para cuando mejor lo considere por no haber una exigencia constitucional o legal que fije la fecha del acto de votación.

Si ganamos la elección, y tenemos mayoría en la Asamblea Nacional, podríamos tramitar otro proceso electoral, y es el que se da como consecuencia de proponer una enmienda a la constitución para reducir el período presidencial y se elimine la reelección indefinida; recientemente el presidente de Copei, el partido de los verdes, planteó esto, y ello es factible por lo siguiente: proponerla es una de las facultades de la Asamblea Nacional; solo es necesario que la solicite 30% de los integrantes de la Asamblea Nacional (con 50 diputados es suficiente); requiere la aprobación de ésta por la mayoría “simple” de sus integrantes y se discute según el procedimiento establecido en la Constitución para la formación de leyes, o sea, como todo proyecto recibirá dos discusiones, en días diferentes; en la primera discusión se considerará la exposición de motivos; aprobado en primera discusión el proyecto será remitido a la comisión directamente relacionada con la materia objeto de la enmienda; las comisiones que estudien proyectos de enmienda deben presentar el informe correspondiente en un plazo no mayor de 30 días consecutivos; y recibido el informe de la comisión correspondiente, se dará inicio a la segunda discusión del proyecto de enmienda, la cual se realizará artículo por artículo. Si se aprobare sin modificaciones, quedará sancionada la enmienda. El Poder Electoral tiene que someter a referendo las enmiendas a los 30 días siguientes a su recepción formal; con la misma diligencia que organizó el proceso de elección presidencial consecuencia de la anunciada muerte el 5 de marzo de 2013 y las elecciones realizadas el 14 de abril del mismo año. La enmienda se aprueba con la mayoría simple de los electores inscritos que acudan a votar.

La enmienda reduciría el mandato y nos ahorraría la reelección de este magistrado tan desacertado, y tiene la ventaja de no necesitar cumplir las exigentes condiciones del referendo revocatorio. La Asamblea Nacional puede tramitarla con mayoría simple el 6 de enero de 2016, al día siguiente de instalarse, y en 15 días ya tenerse aprobada; a finales del mes de febrero se puede efectuar la votación del referendo organizado por el Consejo Nacional Electoral, y el país le estaría enviando un mensaje directo a Maduro y a su gobierno de que ha perdido la legitimidad de ejercicio, lo cual, al igual que Emparan, lo obligaría a renunciar. O si no desatará todas las fuerzas democráticas para obtener el cambio tan deseado.

El problema que vemos con todas estas soluciones racionales, legales, republicanas y constitucionales, es que el hambre es actual, la escasez no espera, no entiende de trámites ni de retóricas, los venezolanos que sobrellevan el no poder conseguir lo que necesitan se sienten humillados y será cuestión de tiempo que actúen de otras maneras si la solución a sus penurias no son resueltas en el corto plazo.

En la obra de Víctor Hugo, Los Miserables, se puede leer la mención a la proclama de Bonaparte al ejército de Italia: “Soldados, carecéis de todo. El enemigo lo tiene”.

Nosotros podemos parafrasear: Pueblo, carecéis de todo. El socialismo del siglo XXI lo tiene.

@rangelrachadell

06 enero 2015

La justicia en manos de escribas y fariseos

En la antigüedad se consideraba la ley como la expresión precisa de la voluntad de Dios, y la interpretación de la ley la asumieron los escribas. A los fariseos los identifican con los judíos en el Nuevo Testamento –aunque no hay suficiente base histórica sobre su existencia–. Cristo dice que ambos, escribas y fariseos, se sientan en la cátedra de Moisés, lo que significa que la enseñanza y aplicación de la ley les correspondía a ambos.

Cristo acusó a los escribas y fariseos de hipócritas, de fingimiento, de no dar un auténtico testimonio de vida recta, de no dar una permanente actitud de vida honesta, y de conciencia limpia a toda prueba; de una falta de honestidad moral y, lo más relevante, que silenciaban la justicia, la misericordia y la fidelidad. (Mt 23, 1-32).

Cristo dice: “Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad”.

Lo menos que uno puede esperar de quienes imparten justicia –si son cristianos– es que vivan conforme a las enseñanzas de Cristo, que no incurran en los desafueros reclamados a los escribas y a los fariseos; que en sus decisiones impartan justicia, con misericordia y fe, dirigidos por la piedad.

Al Tribunal Supremo le incumbe la interpretación de la Constitución y de las leyes a través de sus siete salas, y mediante sentencias imparten justicia.

En nuestro país tenemos presos políticos por pensar y manifestar en contra de este gobierno, ciudadanos perseguidos o sometidos a infamantes regímenes de presentación en tribunales, y funcionarios libres aunque sean sospechosos de asesinato, lo cual es un comportamiento poco cristiano por parte de quienes imparten justicia, y de eso tenemos varias sentencias; por ejemplo: la Sala Constitucional, en los casos de los alcaldes Scarano y Ceballos, se convirtió en tribunal de instancia, y por motivos claramente políticos decidió abandonar su papel de máximo intérprete de la Constitución y procedió a juzgar y condenar.

También la Sala Constitucional dictó una sentencia de amparo contra un Estado extranjero, como lo es el Reino de los Países Bajos, por el caso del ciudadano conocido como el Pollo Carvajal; siendo que esta Sala solo puede decidir sobre hechos ocurridos en Venezuela o que deban tener efectos jurídicos en el país; estas sentencias fueron objeto de la más variada chismografía sobre la capacidad intelectual de los magistrados, pero a estos eso no les interesa, ya que su compromiso es con la revolución; el único problema es que la revolución puede que no dure mucho, y la raya es para siempre. Mención especial es que en este último caso los accionantes informaron erróneamente a la sala un número de cédula del señor Carvajal que corresponde a otra ciudadana, es decir, los que se presentaron a la Sala Constitucional no conocían los datos del ciudadano que pretendían defender.

En otro caso, y en una demostración de debilidad, el presidente de la Asamblea Nacional, ciudadano “general de división” –según la sentencia comentada– Diosdado Cabello (esa mención no pareciera un error inocente), fue a pedirle al TSJ que resolviera su inquietud sobre la interpretación del artículo 279 de la Constitución, y la Sala Constitucional le concedió, en un fin de semana, toda la razón. En otras circunstancias la Asamblea Nacional hubiera decidido la designación de los representantes de los órganos del Poder Ciudadano y luego los dolientes que fueran a llorar al TSJ; pero no, había que evitar darle esperanza a la oposición que seguro iría a reclamar a esa instancia, con muy buenos argumentos. En todo caso, el TSJ aceptó que el Consejo Moral no cumpliera su obligación de convocar al Comité de Postulaciones, en cuya instancia la fiscal general de la república, al ser candidata a repetir, se debió inhibir por tener interés en los resultados. La fiscal nunca debió participar en reuniones relacionadas con la designación de los miembros del mencionado comité, ya que ella designaría a personas que le favorecerían en su pretensión. Este comité debe estar constituido por un número no mayor de 25 integrantes, de los cuales la fiscal general de la república no podía designar a nadie; así que es falso que no pudieron ponerse de acuerdo, no podían ni siquiera plantear un acuerdo en esas circunstancias, lo cual es una evidente deshonestidad por parte de la ciudadana fiscal.

A veces la dignidad se reclama, como cuando un grupo de abogados le envió a un magistrado, que fue su padrino de promoción, una carta por la que renunciaban a considerarse sus ahijados en vista de las sentencias que dictaba a favor de la revolución, desdiciéndose de lo que enseñó en la cátedra durante muchos años, a este magistrado no le importó lo que dijeran estos abogados; sin embargo, a la hora de sacar las cuentas estos exalumnos le sobrevivirán por lo menos 20 años, y la historia será contada de otra manera.

Cristo dijo: “Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando”. Mateo 23:13.

@rangelrachadell