Analytics

27 diciembre 2016

Deuda política

Todas las decisiones que ha venido tomando el gobierno se perciben como erradas, y la que llama más la atención es la locura de quitarle al pueblo el dinero justo en plena Navidad, eso debiera tener consecuencias negativas para la gobernabilidad.

También las dificultades que ha creado el gobierno para poder acceder a los alimentos y a las medicinas deberían generarle algún costo; aunque su idea es crear problemas para mantenerse en el poder, para distraernos con muchos inconvenientes al mismo tiempo para que no tengamos tiempo ni tranquilidad para pensar y tomar las decisiones correctas.

Adicionalmente, las posibilidades de que la situación económica y política mejore en 2017 no pintan bien, las cuentas no cuadran para los ciudadanos, pero sí para el gobierno; por ejemplo, la cantidad de millones de dólares que debe pagar el año que viene por concepto de deuda externa es equivalente a lo que cubrió de 2016; al gobierno le alcanzará para pagar si mantiene el mismo nivel de consumo de importaciones que tuvimos, por lo que la situación de carencias que hemos vivido no va a mejorar, y con un precio promedio del barril de petróleo alrededor de los 50 dólares tendrá lo justo para mantenerse en el poder. Preferirá pagar las deudas a darle de comer al pueblo, lo cual es lo que ha venido haciendo, y no va a cambiar.

La razón de que el gobierno no tema al costo político de todas sus metidas de pata es que al no hacer elecciones no hay manera de medir ese costo, no le interesa, no hará elecciones, no debe nada, entramos en la dictadura del socialismo del siglo XXI, sin anestesia.

Solo la conflictividad social podría lograr un pequeño cambio de las políticas, sin contar que en el camino arreciará la represión de los factores de oposición. Si la oposición sigue actuando de la misma manera el gobierno se mantendrá en el poder, causando los mismos o peores perjuicios, con lo que eso significa; por lo que veremos más, mejores y variadas estrategias políticas, ya que las individualidades opositoras tratarán de presionar por soluciones, en desmedro de la estrategia común; no percibo otro comportamiento, las posibilidades de ponerse de acuerdo en una estrategia común parecen cada vez menores.

La agenda política ha cabalgado sobre la necesidad económica, y esta más bien se ha agravado, así que no podemos imaginarnos o prever que el gobierno va a mejorar su posición respecto a las necesidades del pueblo, ya que políticamente ha hecho lo correcto para él, se ha mantenido en el poder. Tal vez el hecho de que haya diferido el referendo revocatorio lo ayude a lo interno de su partido político, aunque no a nivel nacional donde tendrá que aportar soluciones económicas al desbarajuste que ha creado. A partir de enero todo girará alrededor del problema económico, y no es que la necesidad de cambio político no exista o desaparezca, solo que pasará a segundo plano, por lo que debería tomar algunas decisiones, entre las que podrían estar el eliminar el control de precios y despenalizar completamente la compra y venta de dólares por los ciudadanos; es la única manera de que la situación económica mejore algo, con lo cual le permitiría al comercio importar productos y manejarse a través del mercado negro, al cual el gobierno se niega a reconocer o a regular.

Para el caso de que mantenga su terquedad de entretenerse con la supuesta guerra económica, las consecuencias serán: más violencia, menos comercios abiertos, menos importaciones por parte de los particulares, más gente presionando por alimentos, más delincuencia, gente pidiendo que se ponga orden y aceptando que cualquier disparatado militar se ponga al frente del régimen buscando recuperar la paz que nos han quitado.

El costo político no es que la oposición cambie al gobierno, el verdadero costo político es que su propia gente decida salir de Nicolás para recuperar la gobernabilidad y mantenerse en el poder. Tal vez cualquier cambio en quién dirige el gobierno sea tomado como una oportunidad favorable, independientemente del color que tenga, para continuar con la desastrosa historia del mejor malo por conocer que este malo conocido.

@rangelrachadell

14 diciembre 2016

Realistas y socialistas

Los socialistas del siglo XXI se comportan como los realistas del siglo XIX, al principio parecieron muy eficaces, luego demostraron toda su crueldad.


Domingo de Monteverde fue enviado por el reino de España para someter a los sediciosos de Caracas y en cuatro meses hizo firmar la capitulación a Miranda en San Mateo, el 25 de julio de 1812.

Los abusos de los gobernantes no son nada nuevo, mientras Monteverde estaba en ese trámite, en España se promulgó la Constitución de Cádiz el 19 de marzo de 1812, de la cual dijo Bolívar que era “obra por cierto de la ilustración, conocimiento y experiencia de los que la compusieron”; pero que esperó hasta el 21 de noviembre de 1812, para publicarla, y que, según Simón Bolívar: “La tuvo guardada Monteverde como cosa que no importaba, o como opuesta a sus ideas y las de sus consejeros” (ambas citas tomadas del Manifiesto de Bolívar dirigido a las naciones del mundo, Valencia, 20 de septiembre de 1818).

Al igual que Nicolás, Monteverde no le paró a la Constitución de Cádiz, como dice José de Austria, en su obra Bosquejo de la historia militar: En la provincia de Caracas, de nada vale la Constitución española; los mismos españoles se burlan de ella y la insultan. Después de ella, se hacen prisiones sin sumaria información; se ponen grillos y cadenas al arbitrio de los Comandantes y Jueces; se quita la vida sin formalidad, sin proceso, como hizo Tízcar en Barinas en mayo de este año, Zuazola en Aragua y Bóves en Ospino.

Actualmente los jueces dictan boleta de excarcelación de presos políticos y el gobierno no los libera, como sucede con Yon Goicoechea, o como pasó con Carlos Melo durante meses; en la época de la independencia “el Supremo tribunal de justicia se conformaba con sus estériles quejas al mismo Monteverde y a la Corte de Madrid, mientras que este descarado jefe consumaba su desprecio por aquel tribunal, diciendo al comandante militar de Puerto Cabello en oficio de 30 de Diciembre lo siguiente. ‘Por ningún motivo pondrá U. en libertad hombre alguno de los que están presos en esa plaza por resulta de la causa de infidencia, sin que preceda orden mía; aun cuando la Real Audiencia determine la soltura, en cuyo caso me lo participará U. para la resolución que corresponda”.

Nicolás, en la mejor costumbre realista, no cumple con la Constitución, no libera a los presos políticos, y ni siquiera se justifica. Monteverde sí se justificó, cuando expuso que “Caracas debía ser tratada por la ley de la conquista, con dureza”, hasta que los caraqueños den pruebas de detestar su maldad. Nicolás está tratando a toda Venezuela con dureza, como si fuera una conquista de los cubanos, dejando morir a sus gobernados de hambre y por falta de medicinas.

Bolívar demoró siete meses en lograr la capitulación de las fuerzas españolas y constituir la Segunda República, para eso tuvo que dictar el Decreto de Guerra a Muerte, que se mantuvo en vigencia 8 años, y que provocó la muerte de innumerables españoles y canarios. Miranda no quiso ser responsable de una guerra civil y a Bolívar no le quedó más remedio que acaudillarla.
Estos socialistas nos están llevando a un inconfesable conflicto, confiados en que tienen suficiente poder de fuego contra la población, el problema es que en esa estratagema no hay garantías de nada; y menos cuando, además de quitarle la comida a la población, le disminuyeron los medios de pago para satisfacerse.

Si lo comentado no fuera suficiente, el confiado de Francisco de Miranda se entregó a Monteverde, esperando el debido trato que le correspondía como comandante en jefe del Ejército Independentista, pero Monteverde desconoció los términos del acuerdo firmado, conocido como la “Capitulación de San Mateo”; lo puso preso y el reino de España lo dejó morir en la cárcel. No es que Leopoldo López lo podamos comparar con Miranda, pero este político nunca se hubiera entregado de haber sabido los tratos crueles e inhumanos a los que lo iba a someter el gobierno, y las humillaciones que le imponen a su madre y a su esposa para poder ingresar a visitarlo en la cárcel en la que lo tienen recluido. Esperemos que no lo dejen morir.

Bolívar demoró siete meses en lograr la capitulación de las fuerzas españolas y constituir la Segunda República, para eso tuvo que dictar el Decreto de Guerra a Muerte, que se mantuvo en vigencia 8 años, y que provocó la muerte de innumerables españoles y canarios. Miranda no quiso ser responsable de una guerra civil y a Bolívar no le quedó más remedio que acaudillarla.

Estos socialistas nos están llevando a un inconfesable conflicto, confiados en que tienen suficiente poder de fuego contra la población, el problema es que en esa estratagema no hay garantías de nada; y menos cuando, además de quitarle la comida a la población, le disminuyeron los medios de pago para satisfacerse.


@rangelrachadell