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22 junio 2021

El Muro del Saime

 


Luego de la Segunda Guerra Mundial la ciudad de Berlín fue dividida en cuatro sectores, correspondiendo a los principales países triunfantes. La parte ocupada por la Unión Soviética pasó a llamarse República Democrática Alemana (RDA) y como buen comunismo trajo pobreza y desempleo, provocando la huida de 3 millones de personas. A Jruschov, primer secretario del Partido Comunista, no se le ocurrió mejor idea que construir un muro para impedir que los mejores recursos humanos huyeran de la utopía comunista. Una manera perversa de separar a las familias.


Con el secretismo conocido del chavismo, se implementó la política de restringir la entrega de pasaportes a jueces, fiscales, oficiales de la Fuerza Armada y una larga lista de opositores que se les antoja. A esta estrategia la denominan “bloqueo de funcionario público o alto cargo”, eufemismo para impedir que se vaya del país ese personal que es parte del sistema de represión contra el pueblo. Además, aprovechan para castigar a los que se atrevan a pronunciarse en esta Venezuela del hambre, esa que busca en los contenedores de basura su solución, esa triste alternativa que tiene el pobre para evitar morirse.


Entre las medidas de castigo están la anulación del pasaporte o del trámite de la prórroga sin que el interesado haya solicitado o suspendido el procedimiento, algo así como lo que el Consejo Nacional Electoral les aplica a los opositores al mudar votantes sin su consentimiento. Estos órganos públicos nunca contestan, mienten descaradamente cuando se reclama la inoperancia del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), y su excusa es el retraso o que el programa de computadora se volvió loco y dio error. Detrás de ese comportamiento se oculta el control social.


En nuestra legislación tenemos decisiones de los jueces en el marco de un procedimiento judicial llamadas medidas cautelares que le permiten, a su criterio, limitar el libre tránsito. Estas disposiciones son dictadas sin que el afectado se entere, para evitar su fuga, la de menores o adolescentes. En todo caso, son apelables, puede reclamar que son excesivas, innecesarias o caucionar entregando una garantía económica por los resultados del juicio. Según la Constitución, se prohíben las sentencias en las que sea imposible revisar la decisión, por cuanto la doble instancia está prevista en el numeral primero del artículo 49, es decir, por lo menos dos niveles deben conocer una causa. Poco podrá exigir si desconoce que existe la restricción, sin embargo, usted padecerá el que lo hayan incluido en una de esas listas que vienen del mismo despacho del fiscal general de la República por las que le impiden que le tramiten su documento de identidad para salir del país.


El desastre del Saime se avizora muy lejos de terminar, ya que, además de anularle el trámite a su libre arbitrio, tampoco le devuelven el dinero si no reclama. Aunque le cobran a la tasa del Banco Central de Venezuela, a ese cambio nunca le regresarán lo transferido, porque el reintegro es sin reconocerle la diferencia cambiaria por un error que generó el Saime y el banco, ese que en su página web dice que garantiza sus operaciones con el Saren (Registros y Notarías), sin mencionar al Saime. El desorden es de tal magnitud que el proceso que implementaron en 2021 roba a los usuarios al desconocerle los pagos efectuados por la plataforma del Banco de Venezuela (BdV), el cual desapareció de entre los bancos por medio de los cuales se paga. Al solicitar la devolución de los bolívares, el banco, si atiende y aprueba su reclamo, lo hará a un monto devaluado por la política económica de Nicolás. Recuerde, el pago se procesa por la combinación de la web del Saime y el banco, por lo que la falta de coordinación de esas instituciones es la causante del cobro indebido o que aparezca como pendiente de pago. Usted es inocente, sin embargo, lo castigan por los errores de otros, típico del socialismo. Los correos para reclamar al BdV, si funcionan, le darán una contestación automática sin lapso de respuesta, y el 0-800-saime-00 es otra oferta engañosa, está desconectado.


Solo pueden salir de Venezuela los que tienen para derrochar en trámites inconclusos, los que tengan bajo perfil político y los que el Estado autorice por ser fieles a la robolución, pero los represores mencionados arriba deben quedarse a matraquear y extorsionar a los que continúan en esta tierra de gracia. Si tiene una prohibición oficiosa, ni que tenga una garrocha de dólares podrá saltar el muro de Berlín del Saime.


El director de ese organismo pretende ser la imagen de la eficiencia que oculta al verdugo del gobierno socialista y su sistema diseñado para humillar. Lo obligarán a largas colas y horas de espera hasta la noche para que lo atiendan, sin garantía de que le vayan a entregar ese cuadernillo de color para buscar un sueño. Le deseo suerte en la trocha, porque los cubanos del Saime le impondrán su muro.


@rangelrachadell


08 junio 2021

Las cuatro libertades


En 1941, el presidente de los Estados Unidos de América, Franklin D. Roosevelt, definió como objetivo de ese país cuatro libertades: libertad de expresión, libertad de culto, libertad de vivir sin penuria y la libertad de vivir sin miedo.


En Venezuela se carece de libertad de expresión. Vivimos la salida del aire de Radio Caracas Televisión, sabemos de las radios innumerables que han clausurado, los periódicos cerrados por falta de papel o perseguidos como El Nacional, los medios que han sido comprados para cambiar su línea editorial a favor del gobierno, los periodistas muertos y los que han vivido o viven la prisión. La persecución de los políticos es parte de ese ataque a las voces que expresan sus ideas. Acceder a la información es parte de las dificultades a las que nos enfrentamos por el bloqueo a las páginas web que el régimen considera peligrosas por mostrar lo que pasa en el país.


La libertad de culto es atacada, me consta que hostigan a la Iglesia Católica; dificultan la movilización de sus clérigos, y a los sacerdotes extranjeros les demoran la tramitación de sus visas, se las niegan o la renovación nunca se procesa; suspenden o sabotean los oficios religiosos; y disminuyeron los aportes económicos a la Iglesia y a instituciones como la Asociación Venezolana de Educación Católica “AVEC” o Fe y Alegría. Al cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, le impiden ser arzobispo de esa ciudad, Nicolás objetó esa designación de la Santa Sede basado en el concordato de 1964. Chávez insultó a sus máximos representantes y utilizan los medios de comunicación para atacarlos de manera personal. A los judíos también los agredieron.


De la libertad de vivir sin penurias también se podría escribir mucho, por ejemplo, el proceso de vacunación a la población, el cual ha tenido varios contratiempos. El primero es la convocatoria desordenada, invitaron a distintas horas y los números los entregaban muy temprano en los centros previstos, la gente llegaba y perdía el viaje. Segundo, el gobierno nunca explicó el criterio para vacunar, si alguna vez los estableció, por lo que el mensaje les llegó a personas de diferentes edades, sin considerar que los pacientes de tercera edad son los de alto riesgo; y tercero que al principio vacunaban a todos los que se presentaban para, luego, restringir el privilegio a los que recibieron la comunicación, dejando por fuera del beneficio a miles de angustiados venezolanos sin respuesta. Todo esto ha ocasionado un gran malestar al discriminar entre los que tienen carnet, teléfono y posibilidad de trasladarse de madrugada, o aquellos con enfermedades de base que necesitan protegerse. Tampoco hay garantía de que podrán colocarse la segunda dosis a las tres semanas, como lo ofrecieron.


Esta falta de políticas transparentes de salud es a las que se refiere el embajador James Story cuando expresa que apoya un esfuerzo sólido de vacunación. Lo que se lee entre líneas es que tal esfuerzo está ausente. Hay desorden y discriminación, sin embargo, algunos tuvieron la fortuna de vacunarse, luego de burlar las medidas injustas, ilegales y caprichosas del chavismo.


Esta libertad de vivir sin miseria está muy lejos de ser superada mientras sigamos con estos gobernantes inescrupulosos que se roban todo lo que pueden, les regalan a otros países lo que necesitamos y nos impiden tener una vida saludable.


La cuarta libertad en la libertad de vivir sin miedo, se manifiesta en nuestro país en el temor a salir a la calle de noche, a ciertas zonas, a tener que entenderse con policías o soldados en alcabalas, todos tan peligrosos y criminales como el Coqui, los fiscales del Ministerio Público o los funcionarios del Saime, ya que tienen el poder de llevarle preso, extorsionarlo, impedir que pueda viajar o de pegarle un tiro y que nadie averigüe. Es malo generalizar, pero es peor ser cómplice de lo que ejecutan sus compañeros, el voltear la vista a otro lado a sabiendas del perjuicio que están ocasionando. Ser honesto es insuficiente si saben el daño que provocan a los demás. En Venezuela, los pequeños empresarios pierden su inversión por la opinión desfavorable del alcalde de turno, los inmuebles son invadidos y los propietarios se resignan ante la inoperancia de las instituciones, la resolución de los conflictos escapa a la jurisdicción del Estado por la aprensión a los costos ocultos de los juicios. Hay pánico a la represión de las protestas por el incumplimiento o la ausencia de los servicios públicos o a las manifestaciones opositoras. Millones de venezolanos se han ido por el pavor a la falta de alimentos, gracias al socialismo del siglo XXI.


Para Roosevelt, estas eran las libertades por las que valía la pena luchar y lograr un mejor mundo, deseamos estas libertades para luchar por una vida digna, esa que es difícil disfrutar en Venezuela.


Hay que ser bruto, obediente, desalmado, disciplinado y corrupto para ser cómplice de esta burla diaria al pueblo venezolano. Aquellos que detentan el poder se aprovechan de las armas para imponer su voluntad malhadada. Por mi parte, le recuerdo a la humanidad que Venezuela es una porción de ese mundo que hay que arreglar.


@rangelrachadell