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21 julio 2015

María Corina, el contralor se excedió

Por Jesús Rangel Rachadell

La Constitución define que son ciudadanos los venezolanos, titulares de derechos y deberes políticos, que no estén sujetos a inhabilitación política (art. 39); y en su artículo 42, que: “El ejercicio de la ciudadanía o de alguno de los derechos políticos sólo puede ser suspendido por sentencia judicial firme en los casos que determine la ley”.
Por otra parte, el artículo 65 de la Constitución declara que la inhabilitación para ejercer el derecho político de optar a un cargo de elección popular proviene de una condena con pena restrictiva de la libertad, por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones y otros que afecten el patrimonio público. Solo una sentencia puede restringir el acceso a cargos de elección popular; y cualquier otra vía que limite los derechos políticos es inconstitucional. Los procedimientos administrativos no pueden generar inhabilitación política, porque así no lo establece la Constitución.
El contralor está facultado para imponer inhabilitación para ocupar empleos en la administración pública, ya sea un cargo de alto nivel o de carrera, hasta por 15 años, que es el límite determinado en el artículo 105 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal; como consecuencia de un procedimiento de responsabilidad administrativa, y posiblemente con una multa. Sin embargo, no puede otorgarle a ese acto el mismo efecto que genera una sentencia judicial, es decir, de acuerdo con la mencionada ley, la inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas es una sanción administrativa accesoria que impide ocupar cargos públicos, pero no impide la postulación a cargos de elección popular. La Contraloría lleva un registro de inhabilitados, que es de consulta obligatoria antes de proceder a la “designación” de cualquier funcionario público (art. 105 mencionado); pero los diputados no son designados, son elegidos; otra razón para considerar que hay una persecución contra los candidatos de la oposición.


El artículo 99 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley contra la Corrupción (2014), establece la inhabilitación política para quien sea condenado por alguno de los delitos previstos en esa ley y, por lo tanto, no puede optar a cargos públicos o de elección popular a partir del cumplimiento de la condena y hasta por cinco (5) años. Esta ley faculta al contralor para imponer inhabilitaciones al “funcionario o empleado público”, tales como los fiscales –que menciona el mismo artículo–. Lo cual guarda similitud con lo dispuesto en la derogada Ley de Carrera Administrativa, que en su primer artículo aclaraba que “A los efectos de la presente Ley las expresiones funcionario público, empleado público y servidor público tendrán un mismo y único significado”, y que “Los funcionarios públicos pueden ser de carrera o de libre nombramiento y remoción” (art. 2). Los funcionarios por elección nunca estuvieron incluidos en esa ley, y tampoco en la vigente Ley del Estatuto de la Función Pública, y los funcionarios al servicio del Poder Legislativo Nacional están excluidos por mandato de esa ley. Hacer extensivo el criterio de que los diputados electos por elección popular son funcionarios públicos susceptibles de ser inhabilitados por el contralor es tergiversar y adulterar el significado de la ley.
La inhabilitación a María Corina Machado, a Enzo Scarano, a César Pérez Vivas, a Pablo Pérez, a Daniel Ceballos, y posiblemente a otros dirigentes opositores son actos administrativos y no es la sentencia que podría afectar sus derechos. A los actos administrativos no puede atribuírsele los mismos efectos de una decisión emitida por la autoridad jurisdiccional. Un funcionario de un ministerio que sea declarado responsable administrativamente tras un procedimiento previo no podrá ocupar cargos en la administración pública, mientras no se venza el plazo de la inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas que le hubiere establecido el contralor. Personalmente no estoy de acuerdo con estas inhabilitaciones, en ningún caso, pero esa explicación rebasa el propósito de este artículo.
En la sentencia N° 1.547, de fecha 17-10-2011, mediante la cual la Sala Constitucional declaró que era inejecutable la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a favor de Leopoldo López, se expuso: “… esta Sala advierte que la inhabilitación administrativa impuesta al ciudadano Leopoldo López Mendoza no le ha impedido, ni le impide ejercer los derechos políticos consagrados en la Constitución… La Sala declara que el ciudadano Leopoldo López Mendoza goza de los derechos políticos consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por tratarse solo de una inhabilitación administrativa y no política”.
A Leopoldo López no lo dejaron postularse –aunque el TSJ aseveró que no le habían afectado sus derechos políticos–, como en toda buena dictadura es lógico este tipo de fraude, el tener derechos políticos que no pueden ser ejercidos.
Esta legislación ha sido usada para perseguir a los líderes de la oposición, por ello será revisada cuando ganemos la Asamblea Nacional, con el apoyo mayoritario de los venezolanos, ya que tenemos que detener a este gobierno abusivo.

@rangelrachadell

07 julio 2015

Una celda para Dilma y otra para Lula

Por Jesús Rangel Rachadell

"Al lado de la celda de mi hijo
tendrán que construir tres más.
Para mí, para Dilma y para Lula"

Así dijo Emilio Odebrecht, el brasileño dueño del conglomerado Odebrecht, S. A, de quien Hugo Chávez declaró públicamente ser su amigo personal, y también de su padre Norberto Odebrecht, fundador del referido grupo empresarial, quien murió en 2014. A estos amigos les otorgó, a "dedo", contratos en los sectores del petrolero y petroquímico y, sobre todo, de infraestructura civil por un total cercano a los 20 millardos de dólares, entre otros, las líneas 3 y 5 del Metro de Caracas, los teleféricos de San Agustín y de Petare, el ferrocarril Caracas-Guarenas, la terminación del sistema eléctrico de Tocoma, en Guayana, cuya presa y obras hidráulicas fueron inauguradas por el presiente Rafael Caldera en 1998; el tercer puente sobre el Orinoco, el segundo puente sobre el lago de Maracaibo, la infraestructura de El Diluvio del estado Zulia, la construcción de viviendas y la ampliación del aeropuerto de Maiquetía.
Casi todas estas obras están paralizadas por falta de pago; otras ni siquiera han comenzado como, por ejemplo, el tercer puente sobre el Orinoco, el segundo puente sobre el lago de Maracaibo y la ampliación del aeropuerto de Maiquetía.
Chávez, gran amigo de los dueños de la empresa brasilera Odebrecht, en el acto de instalación del Encuentro Empresarial entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Federativa de Brasil el 15 de febrero de 2005, comentó: “Una sonrisa muy pícara tiene allá Emilio Odebrecht, bienvenidos todos, Emilio y todos los empresarios del Brasil”.
Ante Eusenando Acevedo, representante de Odebrecht, S. A, dijo: “Quiero saludar a la empresa brasileña Odebrecht que ha estado liderando este trabajo, coordinándolo, impulsándolo; saludarlos y agradecerles sus esfuerzos, y decirles que seguiremos contando con ustedes para continuar construyendo la Venezuela nueva” (Aló Presidente, Programa N° 240, desde Puerto Ordaz, estado Bolívar, 20 de octubre de 2005).
Gracias a la “facilitación” que hace el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, la vinculación del socialismo del siglo XXI con Odebrecht progresa y se expande en Venezuela. Recordemos que en el año 2006, en plena campaña electoral venezolana, Lula, acompañado de Norberto y de su nieto Marcelo Odebrecht, ya presidente del grupo empresarial brasileño, descaradamente se inmiscuyó en nuestra política interna cuando en Puerto Ordaz intervino en cadena nacional al inaugurar el puente Orinoquia, que costó más de 1.000 millones de dólares, y declaró: “El mismo pueblo que me eligió a mí, que eligió a (Néstor) Kirchner en Argentina, a Daniel Ortega (en Nicaragua) y a Evo Morales (en Bolivia), sin duda te va a elegir presidente de Venezuela”.
Esta declaración cerró el impasse entre las partes por el atraso de más de un año y medio en la ejecución de las obras iniciadas y en proceso, relacionado con la falta de pago oportuno de las valuaciones de obra por parte del gobierno de Venezuela cuya solución pasó por la compra de una emisión de bonos venezolanos por parte del gobierno presidido por Lula, cuyos fondos fueron destinados principalmente al pago de deudas atrasadas con Odebrecht y, en menor cantidad, para cancelar deudas contraídas con otros exportadores brasileños. La ministra de finanzas del gobierno que perfeccionó la operación financiera fue Dilma Rousseff, actual presidente de Brasil.
No todo se lo dedicaron al difunto; también el ex presidente de Brasil, Lula da Silva, el 1 de abril de 2013, apoyó abiertamente a Maduro en el marco de la reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo del Foro de Sao Paulo, agrupación de movimientos de izquierda e insurgentes creada en 1990 en esa ciudad de Brasil, con un mensaje grabado en video en el que ratificó la labor del comandante Chávez y reconoció el trabajo del entonces canciller Nicolás Maduro para levantar la imagen de Venezuela y el brillo de la democracia en América Latina.
Lula, en 2013, ya ex presidente de Brasil, vino a Venezuela acompañado de Marcelo Odebrecht, presidente del conglomerado, (quien está preso por la justicia brasileña desde el viernes 19 de junio de 2015) para abogar por los pagos a favor del grupo empresarial. El congreso de Brasil investiga a Lula por haber actuado como “lobista”, investigación que todavía no se ha cerrado.
Para finales de 2014, el monto de la deuda de Venezuela con el conglomerado brasileño era de aproximadamente de 2.800 millones de dólares.
Odebrecht, S. A, ha cerrado la mayoría de las obras y está trabajando al mínimo ritmo posible, debido a la falta de pago. El peligro reside, más que en lo económico financiero, en que muchas de esas obras no se han cerrado de manera técnica, con los razonables riesgos en el corto y mediano plazo, si no se continúan oportunamente. Tal es el caso del túnel de la Línea 5 del Metro de Caracas, que tiene el revestimiento provisional que se coloca luego de los trabajos de excavación de “la topa”, expuesto a filtraciones de aguas, vibraciones y movimientos de tierra.
Esta es una de las tantas investigaciones que hará la Asamblea nacional que saldrá elegida el 6 de diciembre, y gracias a su poder contralor llamará a declarar a los representantes de esta empresa, y de otras, que no han culminado los trabajos pagados. El país se enterará de las condiciones de esos contratos y cuáles beneficios se intercambiaron los intermediarios.
@rangelrachadell

Artículo de opinión publicado originalmente en El Nacional el 7 de julio de 2015