Los socialistas del siglo XXI se comportan como los
realistas del siglo XIX, al principio parecieron muy eficaces, luego
demostraron toda su crueldad.
Domingo de Monteverde fue enviado por el reino de España
para someter a los sediciosos de Caracas y en cuatro meses hizo firmar la
capitulación a Miranda en San Mateo, el 25 de julio de 1812.
Los abusos de los gobernantes no son nada nuevo, mientras
Monteverde estaba en ese trámite, en España se promulgó la Constitución de
Cádiz el 19 de marzo de 1812, de la cual dijo Bolívar que era “obra por cierto
de la ilustración, conocimiento y experiencia de los que la compusieron”; pero
que esperó hasta el 21 de noviembre de 1812, para publicarla, y que, según
Simón Bolívar: “La tuvo guardada Monteverde como cosa que no importaba, o como
opuesta a sus ideas y las de sus consejeros” (ambas citas tomadas del
Manifiesto de Bolívar dirigido a las naciones del mundo, Valencia, 20 de
septiembre de 1818).

Actualmente los jueces dictan boleta de excarcelación de
presos políticos y el gobierno no los libera, como sucede con Yon Goicoechea, o
como pasó con Carlos Melo durante meses; en la época de la independencia “el
Supremo tribunal de justicia se conformaba con sus estériles quejas al mismo
Monteverde y a la Corte de Madrid, mientras que este descarado jefe consumaba
su desprecio por aquel tribunal, diciendo al comandante militar de Puerto
Cabello en oficio de 30 de Diciembre lo siguiente. ‘Por ningún motivo pondrá U.
en libertad hombre alguno de los que están presos en esa plaza por resulta de
la causa de infidencia, sin que preceda orden mía; aun cuando la Real Audiencia
determine la soltura, en cuyo caso me lo participará U. para la resolución que
corresponda”.
Nicolás, en la mejor costumbre realista, no cumple con la
Constitución, no libera a los presos políticos, y ni siquiera se justifica.
Monteverde sí se justificó, cuando expuso que “Caracas debía ser tratada por la
ley de la conquista, con dureza”, hasta que los caraqueños den pruebas de
detestar su maldad. Nicolás está tratando a toda Venezuela con dureza, como si
fuera una conquista de los cubanos, dejando morir a sus gobernados de hambre y
por falta de medicinas.
Bolívar demoró siete meses en lograr la capitulación de las
fuerzas españolas y constituir la Segunda República, para eso tuvo que dictar
el Decreto de Guerra a Muerte, que se mantuvo en vigencia 8 años, y que provocó
la muerte de innumerables españoles y canarios. Miranda no quiso ser
responsable de una guerra civil y a Bolívar no le quedó más remedio que
acaudillarla.
Estos socialistas nos están llevando a un inconfesable
conflicto, confiados en que tienen suficiente poder de fuego contra la población,
el problema es que en esa estratagema no hay garantías de nada; y menos cuando,
además de quitarle la comida a la población, le disminuyeron los medios de pago
para satisfacerse.
Si lo comentado no fuera suficiente, el confiado de
Francisco de Miranda se entregó a Monteverde, esperando el debido trato que le
correspondía como comandante en jefe del Ejército Independentista, pero
Monteverde desconoció los términos del acuerdo firmado, conocido como la
“Capitulación de San Mateo”; lo puso preso y el reino de España lo dejó morir
en la cárcel. No es que Leopoldo López lo podamos comparar con Miranda, pero
este político nunca se hubiera entregado de haber sabido los tratos crueles e
inhumanos a los que lo iba a someter el gobierno, y las humillaciones que le
imponen a su madre y a su esposa para poder ingresar a visitarlo en la cárcel
en la que lo tienen recluido. Esperemos que no lo dejen morir.
Bolívar demoró siete meses en lograr la capitulación de las fuerzas españolas y constituir la Segunda República, para eso tuvo que dictar el Decreto de Guerra a Muerte, que se mantuvo en vigencia 8 años, y que provocó la muerte de innumerables españoles y canarios. Miranda no quiso ser responsable de una guerra civil y a Bolívar no le quedó más remedio que acaudillarla.
Estos socialistas nos están llevando a un inconfesable conflicto, confiados en que tienen suficiente poder de fuego contra la población, el problema es que en esa estratagema no hay garantías de nada; y menos cuando, además de quitarle la comida a la población, le disminuyeron los medios de pago para satisfacerse.
@rangelrachadell
Artículo publicado en El Nacional; http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/realistas-socialistas_61979
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