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21 agosto 2018

Anuncios apocalípticos

Llegó el momento de los cambios. Maduro dice ganar la guerra económica, ofrece medidas que no tienen futuro, que superan su capacidad de resolución, no convida a nadie en su apoyo y busca culpables fuera de su círculo más cercano, él y su entorno son los responsables de todas las penurias del pueblo venezolano.

Dudo que Maduro tenga los atributos suficientes que se esperan de un buen presidente, y pueda resolver la situación económica que creó. El mandatario pierde la autoridad por ausencia de consenso a su alrededor. La legitimidad es la fuerza bruta, la coacción no es apoyo, todo es a juro, nada es por las buenas. Un gobierno es débil si tiene que recurrir a las armas para mantenerse gobernando. Lo juzgamos por sus incontables fracasos, por eso no hay confianza en estas nuevas medidas. Ese autobús va hacia el desastre.

Este es un momento peligroso, las reformas propuestas dejan en evidencia a Maduro: jugaron con la maquinita de producir dinero y provocaron la inflación galopante que vivimos, que los sufrimientos vividos hasta ahora no fueron útiles, no eran la lucha efectiva frente a la guerra económica, que el gobierno nos oprime, y que siempre ha sido un déspota, y lo peor es que no van a cambiar ni a mejorar nada. El aumento de sueldo, del cual ofrecieron un subsidio, será la trampa que alimentará la corrupción; solo los más cercanos recibirán la subvención de empleo o el de la gasolina. El carnet de la patria es desigualdad, el salario impuesto es desproporcionado, y todo conspira en contra de la libertad, o como dijo Tocqueville: la igualdad es la causa; la libertad el efecto.

El gobernante está tan desconectado de la realidad que se atreve a decir que sus anuncios son la solución. No comprenden que la desintegración social que están provocando no les servirá de apoyo, el pueblo que los respalda es una masa informe de necesidades. En el supuesto negado de algo bueno en las medidas, la burocracia se encargará de anularlo, no habrá surtidores con controles de gasolina dentro del lapso ofrecido, tampoco censo de vehículos, menos comida y empresas tomadas, gracias a sus políticas, de las que ellos son responsables.

Por otra parte, el apocalipsis socialista en el que nos ha metido el gobierno es el esperado. George Kennan en su Telegrama largo, al definir a la Unión Soviética dijo que se desplomaría a consecuencia de las tensiones internas, que sufriría una crisis económica, que los comunistas no saben gobernar sin dictadura y represión; cualquier parecido me avisan. El diplomático norteamericano planteó la política de contención contra el comunismo. Evitar la expansión del sistema soviético fue el objetivo, la solución se dejó a las inconsistencias del modelo comunista. La comunidad internacional no aprecia al gobierno de Venezuela, no hay foro en el que sea aceptado, no hay créditos ni apoyos, pura contención. Se deja que el socialismo del siglo XXI hierva en su propia salsa; que haga evidente su incapacidad de lograr el bienestar de la sociedad, los errores económicos son su fracaso político. La justificación de la existencia de todo Estado es el bien común, a falta de satisfacción de las necesidades públicas el PSUV es innecesario. El problema es que esa forma de actuar carece de iniciativa, no se puede dejar al tiempo la resolución de las penurias de los que padecemos la mala administración chavista, ya que no es una catástrofe natural que debamos soportar.

La política de contención tiene otra manifestación, y es la obstrucción de las fronteras de nuestros vecinos, casi que impiden que los venezolanos puedan salir y no tengan más remedio que protestar dentro del país. Chile restringió el ingreso al exigir la Visa Democrática; sobre la marcha cambió los requisitos, fue aumentando las exigencias, que son difíciles de cumplir con nuestra burocracia, como tener un pasaporte con año y medio de antelación a su vencimiento; requisito insalvable, la alternativa es obtener otro alegando que lo ha perdido y tramitar uno nuevo, con la circunstancia de que es imposible obtenerlo sin pagar altas cantidades en dólares, y sin la seguridad de que alcanzará el cometido. Ecuador ahora exige pasaporte. Perú y Brasil limitan el acceso. Colombia, que sabe que los inmigrantes están en buena medida de paso por su territorio, no puede contener la oleada de gente que le huye al genocidio chavista. Argentina otorga las citas a partir de 4 meses de solicitada. El gobierno de los Estados Unidos de América niega 98% de las solicitudes de visa, y si las aprueba es por un solo año. Irse pasa por una previsión de los detalles que tomará tiempo.

Estamos cansados de tanta tensión y enfrentamiento, pero debemos dejar que el gobierno caiga en el limbo, en el vacío que ha cavado alrededor de su legitimidad, pues lo que está en juego es la supervivencia del Estado.

Esperemos que Estados Unidos cumpla con la palabra de Kennedy en su toma de posesión: “Que todas las naciones –nos quieran bien o mal– sepan que pagaremos cualquier precio, soportaremos cualquier carga, afrontaremos cualquier dificultad, apoyaremos a cualquier amigo, nos opondremos a cualquier enemigo, con tal de asegurar la supervivencia y el triunfo de la libertad”.

Así que ya saben.

@rangelrachadell

07 agosto 2018

Constituyente, CNE y partidos

Sin ánimo de entrar en la discusión sobre la constitucionalidad de la normativa dictada por la asamblea nacional constituyente, de donde procede, falta de procedimiento constitucional o detalles de técnica legislativa; esta es la legalidad que impone el gobierno a la fuerza. Intentaré analizar la redacción de estas normas. Por ejemplo, la relativa a los partidos políticos.
La renovación de la lista de los partidos políticos es una sanción prevista en la Ley de partidos políticos, reuniones públicas y manifestaciones. La asamblea nacional constituyente, en el decreto del 27 de diciembre de 2017, amplió los supuestos para su aplicación. Este decreto creó un supuesto para limitar la vigencia legal con el derecho a postular de los partidos políticos que no hubieran participado en las elecciones del período constitucional de ámbito nacional, regional o municipal inmediatamente anterior.
El texto del mencionado decreto, es el siguiente:
PRIMERO. Las organizaciones con fines políticos para participar en los procesos electorales nacionales, regionales o municipales deberán haber participado en las elecciones del periodo constitucional de ámbito nacional, regional o municipal inmediatamente anterior, además de cumplir con los demás requisitos previstos en la Ley de partidos políticos, reuniones públicas y manifestaciones.
SEGUNDO. Las organizaciones con fines políticos que no cumplan con la disposición anterior deberán realizar el proceso de renovación contemplado en la Ley de partidos políticos, reuniones públicas y manifestaciones.
La asamblea nacional constituyente fue convocada el 1° de mayo de 2017, y  las bases comiciales, publicadas el 23 de mayo de 2017, expresaban:
Una vez instalada la ANC como poder originario que recoge la soberanía popular, deberá dictar sus estatutos de funcionamiento, teniendo como límite los valores y principios en nuestra historia republicana, así como el cumplimiento de los tratados internacionales, acuerdos y compromisos válidamente suscritos por la República, el carácter progresivo de los derechos fundamentales de los ciudadanos y ciudadanas, y las garantías democráticas dentro del más absoluto respeto de los compromisos asumidos.
Este carácter progresivo exige el respeto a los derechos ya obtenidos y la no restricción de los que ya existen. Los ciudadanos somos libres de asociarnos políticamente, y solo puede ser limitado por razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso penal; tal como lo establece el artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos de la OEA. La creación de supuestos adicionales para obligar a los partidos políticos a renovar su nómina de afiliados es limitar sus derechos e irrespeta los principios constitucionales.
El mencionado artículo del decreto tiene los siguientes supuestos:
a) Está dirigido a las organizaciones con fines políticos.
b) Establece como condición para participar en los procesos electorales nacionales, regionales o municipales que se deberá:
b’) Participar en las elecciones del período constitucional inmediatamente anterior, y
b’’) La condición alternativa es que esas elecciones pueden ser las de ámbito nacional, regional o municipal.
Varios partidos participaron en las elecciones para escoger gobernadores y alcaldes de sus respectivos períodos constitucionales. Casi todos los partidos políticos que participaron en las anteriores elecciones decidieron no postular candidato a presidente de la República para el próximo período constitucional, pero si lo hicieron para el período constitucional anterior. Algunos de esos partidos no existían en el anterior período constitucional, en el que se reeligió al fallecido Hugo Chávez como presidente, ni para postular en los anteriores períodos de gobernador y alcalde. El período presidencial actual no ha terminado, finaliza el 10 de enero de 2019.
Según el Diccionario de la lengua española, la o: Denota diferencia, separación o alternativa entre dos o más personas, cosas o ideas. En la redacción del decreto se expresan opciones cuando se refiere a participar en “los procesos electorales nacionales, regionales o municipales”. La redacción es igual si se lee: deberán haber participado en las elecciones del período constitucional de ámbito nacional o regional o municipal. Para llenar los requisitos del decreto y poder postular en la elección de concejales, es suficiente con haber participado en cualquiera de los procesos del período constitucional anterior, ya sea este nacional o regional o municipal. Se lo pongo más sencillo, si le invitan a comer pollo, pescado o carne, sabe que debe escoger entre uno de esos platos, pero si lo invitan a degustar pollo, carne y pescado, entiende que puede pedir los tres tipos de carne. Buen ejemplo para otra Venezuela, no para la del socialismo del siglo XXI.
Si el constituyente hubiera querido exigir la participación de los partidos políticos en todos los procesos electorales, salvo la aplicación retroactiva de la sanción, lo procedente era colocar la “y” que es conjuntiva y une a todos los supuestos.
El CNE, mediante aviso publicado en su página web, de fecha 28 de julio de 2018, titulado Aviso Especial de Renovaciones Nacionales 2018; y que en el cuerpo de su texto se identifica como Aviso Oficial de Renovación de Nómina de Inscritos Organizaciones con Fines Políticos Nacionales; firmado por la rectora Tibisay Lucena, ordenó lo siguiente:
El Consejo Nacional Electoral, cumpliendo con lo establecido en el Decreto Constituyente para la Participación en Procesos Electorales, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No 41.308, de fecha 27 de diciembre de 2017, participa a los representantes de las organizaciones con fines políticos nacionales que se señalan a continuación, que deben renovar su nómina de inscritos, a fin de mantener su vigencia legal, la solicitud de renovación se realizará en el lapso comprendido entre el 13 y el 15 de agosto de 2018, (ambas fechas inclusive), a través del formato aprobado por el Consejo Nacional Electoral, el cual estará disponible en la página del Consejo Nacional Electoral en Internet: (www.cne.gob.ve).
1. “ACCIÓN DEMOCRÁTICA” (AD)
2. “GENERACIÓN INDEPENDIENTE” (GENTE)
3. “NUEVA VISIÓN PARA MI PAÍS” (NUVIPA)
4. “UN NUEVO TIEMPO CONTIGO” (UNTC)
El oficio publicado por el CNE impone la sanción de renovar la nómina de inscritos de los partidos políticos “a fin de mantener su vigencia legal”.
La rectora del CNE Tania D'amelio, en un tweet del 13 de julio de 2018, interpretó el Decreto Constituyente para la Participación en Procesos Electorales, aseverando que “las organizaciones que no postularon en elecciones nacionales, regionales o municipales inmediatamente anterior a este nuevo proceso electoral municipal, no podrán postular en este y deberán ir a un proceso de renovación”, pero esa no es la letra del decreto. La rectora no dice que la sanción de renovación de nómina de afiliados es a las organizaciones que se abstuvieron de participar en todas las elecciones del período constitucional anterior, no el actual, y no solo en las elecciones presidenciales; lo cual es una gran diferencia.
El CNE ha incurrido en el vicio de errónea interpretación, y así lo ha definido la Sala Constitucional: “…la interpretación errónea comprende tanto los errores de interpretación en los que puede incurrir el juez, respecto a la hipótesis abstractamente prevista en la norma, así como en cuanto a la determinación de sus consecuencias legales, es decir, el juez habiendo elegido acertadamente una norma yerra al interpretarla en su alcance general y abstracto”. (Sentencia N° 001, de fecha 13 de enero de 2017). El CNE observa unos hechos que no concuerdan con lo sucedido.
Todos los partidos políticos que han sido sancionados con la renovación de sus nóminas de afiliados, lo fueron en violación de su derecho a la defensa. El CNE nunca notificó ni indicó el vicio en el que supuestamente se incurrió, no aplicó ningún procedimiento para determinar que es procedente la sanción, tampoco los recursos que proceden con expresión de los términos para ejercerlos y de los órganos o tribunales ante los cuales deban interponerse, por lo que ese acto está viciado de nulidad absoluta.
Esta violación del derecho al debido proceso ha sido reconocida muchas veces por el más alto tribunal. Por ejemplo: la sentencia de la Sala Constitucional N° 1073, de fecha 31 de julio de 2009; que declara:
La Sala reitera que la Administración Pública, en cualquiera de sus manifestaciones, no puede imponer ninguna sanción a particular alguno, si antes no sustancia un procedimiento trámite que garantice el pleno ejercicio, por parte del destinatario del procedimiento, de sus derechos a la defensa, debido proceso y presunción de inocencia.
Este criterio fue ratificado en la sentencia de la Sala Constitucional N° 1316, de fecha 8 de agosto de 2013, sobre la ausencia forzada de defensa, al expresar:
Por tanto, a partir del momento en que se dicta un acto administrativo írrito en ausencia absoluta de procedimiento y sin la participación del administrado cuando a este no se le ha emplazado, genera una vulneración constitucional del derecho a la defensa y al debido proceso en los términos establecidos en los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; determinando una inmediata contravención a la norma fundamental que no puede ser reparada mediante intervenciones posteriores del propio afectado.
He visto que el Estado no cumple la Constitución, utilizan los tribunales para la persecución política, cambia las leyes y se favorecen; pero, hasta ahora, no había observado que la letra de sus propias normas fuera tan irrespetada.

@rangelrachadell

24 julio 2018

El auditorio de la guerra

El gobierno habla de guerra con una ligereza que espanta. Un dirigente del PSUV asevera que el gobierno de Maduro tiene como defenderse de una agresión de Colombia o de Estados Unidos. Jorge Arreaza, ministro de Relaciones Exteriores, ofrece enviar a venezolanos a defender la soberanía e independencia de Nicaragua. Para remate, el embajador de Suráfrica en Venezuela, Joseph Nkosi, manifestó su apoyo a Maduro en contra de una posible invasión y dice que su gobierno facilitará soldados para luchar contra los norteamericanos. La guerra se disfruta desde la butaca que le corresponda.

Pedro Carreño tiene la fantasía de que la fuerza armada, con su débil apresto de fuego, puede evitar que un extranjero profane el sagrado suelo de la patria. Sueña que, con los dos únicos aviones Sukhoi operativos, sin artillar –por el criterio de que las armas y las municiones deben estar separadas–, van a afrontar una agresión a nuestras fronteras. O que podrán repeler al imperio con la artillería bélica ofrecida por el país surafricano. No es de extrañar tantas sandeces de quien colocaron para hablar sobre la defensa del país. Estamos a salvo.

Otra cosa es enviar a venezolanos a luchar para apuntalar la dictadura de Nicaragua. Es fácil enfrentarse a muchachos desarmados, o a lo sumo provistos con piedras y escudos de cartón piedra, al igual que lo hicieron aquí en Venezuela. Asesinaron a ciento y tantos jóvenes venezolanos y acallaron las protestas. La receta está probada.

El gobierno se imagina que, ante un ataque despiadado de aquellos que desean dar un golpe de Estado, el pueblo armado por ellos, los milicianos, los soldados, los tenientes, capitanes, coroneles y generales, serán los primeros que defenderán el socialismo del siglo XXI. Que miles de ciudadanos se atravesarán ante los invasores, su carne detendrá cañones y balas, y se inmolarán por el buen gobierno que hace Maduro en favor de todos los venezolanos, sin excepción.

Alucinan los rojitos que la lucha será casa por casa, cada calle una barricada. Los francotiradores dispondrán de miles de atacantes. Aviones de guerra despegarán de los aeropuertos militares y civiles, esos mismos en los que no pueden aterrizar los aviones comerciales por falta de luz. Los soldados al servicio del gobierno contarán con varias cacerinas con suficientes proyectiles para su fusil Kalashnikov. Cada soldado tendrá su respectiva ración de comida con su menaje, y su dosis de antibióticos, para el caso de que se infecte por cualquier causa, al igual que tuvieron todos los soldados en la invasión de Normandía el famoso día “D”. Con esos pertrechos la defensa es un paseo, siempre y cuando sea verdad.

Al igual que en Bahía de Cochinos, los atacantes morderán el polvo; y lo que no pueda defenderse deberá ser quemado. La táctica será la de tierra arrasada, al igual que hicieron los rusos con Napoleón y con Hitler, para que el enemigo no pueda aprovecharse de los campos sembrados, matar el ganado bovino y demás animales bien alimentados, destruir la producción nacional de bienes y servicios; y reducir los miles de litros de gasolina que surten a las bombas del Zulia y de Táchira. Sospecho que ya iniciaron esa estrategia.

Los que desean un cambio de la situación económica y de libertades políticas se imaginan otro escenario. Por ejemplo, el del regreso de Napoleón en el llamado período de los Cien Días. María Corina se abrirá el pecho y le dirá a los soldados y a la milicia: ¡Si alguno de ustedes es capaz de dispararle a su dirigente, háganlo ahora! Y, a consecuencia de esas palabras, los soldados chavistas se pasarán de bando por la libertad de la patria, llegando a Caracas en una semana, luego de que caseríos y pueblos se sumen a la caravana de la democracia.

No sé si los soldados llegarán a desertar; pero no me sorprendería que la gente, al ver que se acercan los extranjeros y venezolanos golpistas, piensen que se acabará el racionamiento de electricidad, en las carreteras no habrá tanto cobro de peaje verde oliva, los alimentos los tendremos a disposición; y, en general, no tendremos más colas para adquirir lo esencial, incluido el dinero; dólares por delante.

Lo que puede pasar es que en las zonas especiales en las que están suspendidas las garantías, con sus militares jefes únicos de áreas, los heridos de San Antonio del Táchira, Ureña y Rubio sean llevados a los hospitales de San Cristóbal; y los que se generen en las luchas de Paraguachón, Machiques y la Goajira los acerquen a los hospitales de Maracaibo; donde no encontraran médicos y enfermeras bien pagadas y con experiencia, medicinas, antibióticos, rayos X y otros aparatos que necesitan de energía eléctrica para funcionar; gasas, inyectadoras, sueros y un largo etcétera. Los milicianos serán atendidos por médicos integrales comunitarios, quienes aprendieron su oficio en las universidades bolivarianas, y aplicarán los conocimientos adquiridos en sus clases de Marx y ecosocialismo, para la atención de las patologías propias de la guerra; sin estetoscopios ni batas. El triunfo está garantizado.

La debilidad del Estado venezolano es de tal entidad, que cuidado y no perdemos territorio si nuestros vecinos identifican el grado de postración en el que se encuentra el ejército, la población y la producción nacional.

@rangelrachadell

10 julio 2018

Todo puede cambiar


Algunas sociedades cambian lentamente, avanzan o se desmoronan, otras lo hacen muy rápido y pueden pasar por transformaciones impensables para los ciudadanos que las viven, estas últimas suelen ser catastróficas.

El escritor Stefan Zweig escribió la obra El mundo de ayer, en la que explicaba cómo era la vida en Austria y la cultura que desapareció como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Stefan Zweig se suicidó el 22 de febrero de 1942, luego de que Hitler invadiera la Unión Soviética, los alemanes tomaran Kiev, los japoneses destruyeran la flota norteamericana en Pearl Harbor y Singapur pasara a dominio japonés. El escritor no tuvo la paciencia ni la esperanza de un cambio, aunque Estados Unidos había entrado en la guerra tres meses antes. En aquel tiempo, Hitler parecía imparable, como opinan algunos del socialismo del siglo XXI, que su dominación durará mil años, que el Tercer Reich y la quinta república son la misma cosa. Todo porque la mejor democracia de América Latina cayó en manos de un embaucador llamado Hugo Chávez, que trajo hambre y miseria a nuestro pueblo.

Este gobierno está dispuesto a hacer cualquier cosa por mantenerse en el poder, desde encarcelar a inocentes hasta prestar los mínimos servicios públicos, con tal de poder robarse los pocos recursos públicos que ingresan por el petróleo. El servicio público de salud y el crecimiento de la mortalidad infantil demuestran el empeño del socialismo en destruir lo que logró la democracia. La política económica y social del chavismo es, como dijo Winston Churchill de Rusia, un acertijo envuelto en un misterio en el interior de un enigma.


Tanta locura de la autoridad no se comprende, por muy ricos que puedan llegar a ser no tienen nada garantizado. Antes se decía que los militares tenían madres e hijos que vivían la misma penuria que el resto del pueblo, ahora podemos decir que los hijos y madres de los militares tienen un familiar, un amigo, una vecina que ha abandonado el país para que los gobernantes se queden aislados con su desastre; hasta que sus propios hijos les digan que se tienen que ir por cuanto en nuestro país no hay oportunidades para ellos por más dólares que puedan tener sus padres. Con tanto dinero que tienen los chavistas lo único que pueden comprar es ser los últimos en morir en manos de la delincuencia que ellos no combaten o ser los únicos que huyan cuando la orden sea asfixiar la economía de todos.

El daño que están provocando lo vivimos tanto los del gobierno como los del pueblo: familias separadas, padres sin hijos y nietos, el abandono de las viviendas que adquirieron con mucho esfuerzo, el no poder lograr una educación de calidad por la migración de los mejores profesores; todos con la amargura del país que perdimos en manos de los seguidores de los cubanos.

Pero no hay que ser adivino; una población mal alimentada o con hambre que le presiona por obtener soluciones, sin trabajo y salario que le cubra sus necesidades, buscará emigrar, se matará entre sí, se enfrentará por los pocos recursos disponibles, se armará hasta el punto de generar una guerra civil o apoyará el terrorismo contra el Estado o los jóvenes desempleados y sin futuro serán reclutados por milicias que los harán soñar con el cambio tantas veces esperado. Si no hay nada que perder, cualquier cosa que se haga es ganancia.

Es cuestión de tiempo que, al igual que el gobierno del teniente general Jorge Rafael Videla en Argentina le declaró la guerra al Reino Unido de Gran Bretaña por las Islas Malvinas, le declaren la guerra a alguno de nuestros vecinos. Es necesario el enemigo externo para unir a la nación alrededor de su presidente, el mismo que no ha podido con la consigna de la guerra económica para justificar sus medidas económicas.

Con casi 20% de la población emigrando o haciendo los trámites para irse, perdemos el recurso humano y económico con el que se construye un país, sin saber si los que quedamos podamos reconstruir la patria saqueada por los rojos rojitos.

Yo no quiero responsabilizar al presidente Maduro por el desastre que estamos sufriendo; no quiero pensar que sea incapaz de resolver los problemas acuciantes que nos tienen perturbados; que sus políticas estén dirigidas a un genocidio; o sospechar que sus asesores se estén mirando el ombligo mientras se le ocurre algo, solo que el tiempo pasa y no hacen nada. Tampoco deseo la invasión de tropas de nuestros vecinos o de países del primer mundo, ni que suceda un cambio violento del régimen sin elecciones limpias o la persecución de los funcionarios que han colaborado con el actual estado de postración del país.

La inestabilidad política es contagiosa, si el ejemplo de Maduro se mantiene en el tiempo, al igual que sucedió con Fidel Castro, será el modelo para los aspirantes a dictador y eso lo sabe toda América.

Hay mucho por resolver, la cuestión no es por dónde empezamos sino cuándo se inicia la transformación del modelo político. Todo puede cambiar de un momento a otro, están dadas las condiciones, con o sin unidad de los partidos políticos, hace falta voluntad política para implantar las soluciones que ya existen; cuidando las malas decisiones de corto plazo. Por lo pronto, hay que salir a protestar.

@rangelrachadell

26 junio 2018

Servicio público de salud


El Estado moderno se justifica por la satisfacción de las necesidades de sus habitantes. Este debe, a través de los servicios públicos, ayudar en el crecimiento personal; eso es lo que nos presenta el texto de la Constitución, en la que se enumeran derechos humanos que deben ser garantizados por el Estado.

La mención de un derecho en nuestra Constitución no es una invitación para que el gobierno preste el servicio público que garantice el derecho, genera para el Estado la obligación de hacerlo. Todo servicio público debe funcionar de manera continua, por cuanto las necesidades son permanentes; en el que la huelga está restringida y supeditada a la ejecución del servicio público, por eso deben garantizar el mínimo indispensable; por ejemplo: en materia de salud se debe asegurar la atención de emergencia, para que los ciudadanos se afecten lo menos posible. El Estado debe responsabilizarse por la igualdad en el acceso al servicio público, en el que no se admite la discriminación en el acceso al disfrute de esos servicios.


Aunque en nuestra Constitución se asevera que la salud es un derecho social fundamental, la ejecución del gobierno es pura palabrería; no se observa que se garantice el derecho a la vida, que se promuevan políticas para elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios (artículo 83). En los hospitales que administra el gobierno no se otorga ninguna protección de la salud; y con los problemas de agua y electricidad no se puede cumplir con un mínimo de las medidas sanitarias y de saneamiento necesarias. El sistema público nacional de salud no es descentralizado, como lo ordena la Constitución.

La seguridad social es la que pagan los trabajadores para que les cubran sus riesgos, como cuando usted toma un seguro para su carro, si le pasa algo acude a cobrar la indemnización del seguro. El seguro social obligatorio trabaja de igual manera, cubre los riesgos de salud de los trabajadores, riesgos que ellos pagan, aunque sea poco. La ventaja de este tipo de seguro es que son todos los trabajadores los que cotizan, por lo que el costo de la protección del seguro se diluye en la masa. La asistencia social es atender a todas aquellas personas que no tengan un sistema de seguridad social financiado por el propio trabajador y su patrono.

La Constitución de 1999 mezcló los conceptos, llamó seguridad social a un servicio público de carácter no lucrativo, que garantice la salud y asegure protección en contingencias relacionadas, lo que antes de esta revolución conocimos como asistencia social (artículo 86), para más adelante decir que el Estado tiene la obligación de crear un sistema de seguridad social universal, integral, de financiamiento solidario, unitario, eficiente y participativo, de contribuciones directas o indirectas; y que la ausencia de capacidad contributiva no será motivo para excluir a las personas de su protección. Se definió la seguridad social como asistencia social, siendo dos conceptos distintos.

A todas estas, no tenemos ni seguridad social pagada por los trabajadores ni asistencia social gratuita para todos financiada por el Estado. En el papel existe un sistema público de salud que garantiza la prestación del servicio al que se comprometió el Estado por medio de la Constitución, aunque en la práctica poco es lo que se tiene, y lo peor es que no van a rectificar, ya lo hubieran hecho si tuvieran interés.

Los gobernantes no cometen un delito al incumplir con sus obligaciones constitucionales, pero debería estar tipificado como tal, ya que la consecuencia es la muerte de los venezolanos, esos mismos que se supone que son beneficiados por el petróleo, que es de todos según la propaganda oficialista.

Los hospitales no son centros dispensadores de salud, son lugares de cuidados paliativos cuando hay cómo ayudarlos. Los pacientes deben llevar todos los insumos, y los desesperados les ofrecen dinero a los médicos para que los operen. No hay comida para los pacientes ni para el personal que labora en las instituciones de salud; a veces hay carbohidratos: arepa sola, arroz sin nada, espaguetis sancochados, cero proteínas y vegetales. Los médicos más preparados que son adjuntos o jefes de servicio ven que los médicos residentes, que son los recién graduados que están estudiando posgrados, están perdiendo peso como el resto de la población. Solo la caridad de los pacientes y el resto del personal permiten que ellos se mantengan realizando sus labores, todo con el objetivo de formarse en una especialidad. Nuestros médicos no han conocido una situación hospitalaria como la que se está viviendo en la actualidad, ya que la falta de recursos ha llegado a su máxima expresión, y dicen que va a empeorar.

La diáspora de médicos viene apoyando a sus colegas enviándoles donaciones de comida para ellos y medicinas para que puedan ejercer y curar a los enfermos que atienden. Algunos de estos médicos que colaboran y están en el extranjero se hacen llamar “Médicos Unidos Venezuela”, dan esa mano que el gobierno del socialismo del siglo XXI les niega a los que trabajan en el sector público y a los más débiles.

Algunos médicos se mantienen por la docencia; otros, por la solidaridad para atender a los que no tienen adónde ir, pero hasta cuándo podrán aguantar la presión de ver que saben cómo actuar, pero no tienen con qué hacerlo.

El acto médico ya no es seguro, idóneo ni oportuno. El gobierno tampoco.

@rangelrachadell



12 junio 2018

Cautiverio de Caracas

Nada podía presagiar que faltaría la justicia, que sobraría el desorden, que conoceríamos el libertinaje de las instituciones, las cuales, libres de toda atadura moral, se dedicaron a dilapidar el presupuesto nacional en beneficio propio y de la camarilla militar; a satisfacer el poder. Vivimos como extranjeros en nuestra propia patria, atrapados y sin elecciones.

Con artimañas y promesas se hicieron del gobierno de Venezuela, en el que Caracas es la capital de la República y el asiento de los órganos del poder nacional; destruyeron la economía he hicieron que las familias se dividieran, provocaron la salida del país de los mejores y más preparados huyéndole al hambre. La oposición, débil por las constantes trampas de las señoras del Consejo Nacional Electoral y la persecución de sus dirigentes, también tuvo que salir del país a un destierro forzado.

El cautiverio que nos impone el socialismo del siglo XXI es el cautiverio del derecho, de las reglas, de la legitimidad. En este exilio del derecho estamos alejados de la democracia, mientras los gobernantes saquean nuestra tierra y regalan a otros países lo que no tenemos por el solo hecho de tener afinidades ideológicas.

Es difícil que existan iniciativas que no pasen por el control y anuencia de los que detentan el poder, ya se vistan de rojo o de verde manzana; el lujo está reservado solo para ellos. Solo los que estén fuera podrán prosperar; los que estamos dentro tenemos que enfrentar esta locura como podamos, día a día, zancadilla a zancadilla.

Estos socialistas nos quieren imponer una forma extraña de ser, de odios y rencores, muy distinta a la sociedad que se construyó en democracia. Mientras nos liberamos de este cautiverio debemos recopilar nuestras costumbres, el buen hacer, la amistad de siempre de los venezolanos. No sé cuáles fueron los pecados que buscó castigar la sociedad que apoyó a Chávez, pero el remedio nos está matando.

A Maduro se le endureció el corazón y no ve el mal que está causando. Sufren los más pobres, a quienes debería estar protegiendo de la inflación creada por él mismo, la desgracia que ha traído su revolución, como la esclavitud de las cajas CLAP y el carnet de la patria. Ese es el comportamiento del gobernante, como recuerda la Biblia: “Escuchad esto los que pisoteáis al pobre y queréis suprimir a los humildes de la tierra, ... para comprar por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias... Ha jurado Yahveh por el orgullo de Jacob: ¡Jamás he de olvidar todas sus obras!” (Am 8, 4-7). Tengo más fe en Dios que en los marines.

Como nada es para siempre, mantenemos la esperanza de que se vayan los extranjeros y los traidores, que recuperemos la patria, que salgamos de este confinamiento, que podamos liberarnos de los grillos institucionales y podamos vivir en democracia, más comprometidos con la construcción de una sociedad moderna, respetuosa de las leyes, que considere al trabajo como la herramienta de superación.

Debemos elaborar el pensamiento de la reconstrucción, la sociedad que queremos para cuando terminemos con la destrucción socialista; el pensamiento político que nos regirá a partir de la liberación de este cautiverio.

Para empezar, podemos pensar en el Estado liberal planteado por Simón Bolívar, de respeto a las leyes y la libertad de comercio. Nada de eso de un Senado aristocrático, de los cuales tenemos suficientes con la nobleza del chavismo que rota de un puesto a otro sin criterio ni mérito.

Podríamos tener una sociedad en la que la libre empresa, la iniciativa privada, una sociedad en la que las personas puedan “usar legítimamente de sus talentos para contribuir a una abundancia provechosa para todos, y para recoger los justos frutos de sus esfuerzos” (336, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia). Una empresa privada que genere bienes y servicios, que obtenga beneficios, que modele el libre mercado.

Liberar a la educación del cautiverio de la ideología chavista, esa que busca someter al hombre al Estado y que no esté al servicio de la sociedad. Lograr el respeto a la educación privada, sin intervención de sus costos y ganancias, libertad y más libertad para el que quiera educar a sus hijos, con la ideología o religión que mejor le parezca. El Estado puede mejorar la enseñanza pública, la cual hoy es un desastre, sin maestros; en una hipocresía que tiene estudiantes graduándose sin haber recibido todas las asignaturas. La educación actual es digna de un socialista.

La característica de la naturaleza es la diversidad, por ello debemos ser respetuosos con las personas, cualquiera sea su pensamiento. Tenemos que aceptar la existencia del otro, no perseguir a nadie por sus ideas políticas, no someter a los contrarios en la búsqueda de la ilusión de la igualdad, eso que llaman socialismo, la peor plaga que se pudo idear jamás.

Salir del cautiverio que nos impone el gobierno pasa por realzar la venezolanidad, eso que nos hace distintos de, por ejemplo, los cubanos.

Demandamos libertad, que en época de Maduro es mucho pedir; proteste y, para empezar, salga del cautiverio mental.

@rangelrachadell


29 mayo 2018

Ceremonia en el hemiciclo


El presidente Maduro ha inducido a error a parte de la sociedad, le ha hecho creer que su elección y posterior juramentación ante una reunión de personas que no constituye la Asamblea Nacional, como lo establece la Constitución, fue un acto válido.

Según la Constitución, los presidentes se juramentan ante el Poder Legislativo, no ante una instancia que no fue convocada por el pueblo. Tampoco un presidente se juramenta 8 meses antes de que se inicie el período presidencial para el que mienten que fue electo, cuando la Constitución establece que es el 10 de enero la toma de posesión del cargo.

Esta conducta, la de hacer incurrir en error, la practica el gobierno desde hace un buen tiempo, por ejemplo: el famoso diálogo, nunca hubo intención de condescender o reconocer el mal que le están haciendo a la sociedad; todo fue una farsa, reuniones se hicieron y nunca cedieron. La convocatoria a una constituyente comunal se hizo sin cumplir la exigencia de preguntarle al pueblo si quería o no una nueva Constitución; no importa, se pasaron ese requisito por alto y llamaron a votar por unos candidatos con un sistema electoral que nadie aprobó, solo fue necesaria la magnificencia de Maduro para definir las reglas del proceso constituyente. La convocatoria a elecciones de gobernadores, de legisladores o presidenciales con posibles candidatos o partidos inhabilitados, sin derecho a participar porque a la Contraloría General de la República, al Tribunal Supremo de Justicia o al Consejo Nacional Electoral les dieron esas órdenes. Hacen unas elecciones en las que movilizan a los electores, con todo y centro de votación, sin su consentimiento, o como hicieron con la constituyente, que pusieron a votar en el Poliedro de Caracas a los centros electorales ubicados en el este de esa ciudad, sin testigos, sin dar servicio de transporte a los electores, vaya usted a saber qué fue lo que ocurrió en esa elección, si hasta Smartmatic dijo que allí no votaron todos los que anunciaron. Las mismas dudas, o peores, que se presentan con los resultados de las supuestas elecciones presidenciales.

La sociedad ha sido perjudicada, le quitaron el referéndum revocatorio, le impusieron alternativas amañadas, con los candidatos que ellos quisieron. Sorprendieron a muchos ciudadanos en su buena fe, con la esperanza de un cambio; y, para colmo, una mentira televisada a través de los medios de comunicación en la que se juró algo que no han cumplido hasta ahora.

Cumplir la Constitución y las leyes no ha sido el principal testimonio de la autoridad. El gobierno declara a su favor 6 millones de ilusiones y pocos participantes.

Esa ceremonia de juramentación en el Palacio Federal Legislativo fue como una misa en escena, una acción contraria a la verdad y a la rectitud, que perjudica a todos los venezolanos. Es como si Maduro entrara solemne a un ambiente en el que el silencio es roto por cánticos, vestido con una casulla, que al frente tuviera un altar, dos velas prendidas, un cristo pegado a la pared, una biblia abierta. Sabemos que Maduro no es sacerdote, que tal vez ni sea cristiano –lo cual no es relevante, en comparación a ser honesto–, pero podría hacer creer que está oficiando una misa, que él es el párroco; todo por usar los símbolos de una religión.

Todo el engaño que oficiaron en la constituyente comunal es para hacer presumir de una legitimidad que no tienen, por lo menos no en la legalidad a la que se refiere la Constitución. Fue para obtener un provecho injusto, el aferrarse al poder por unos cuantos años más, en desmedro del hambre del pueblo. La parafernalia usada con los símbolos del poder es el complemento de la actuación del Consejo Nacional Electoral y de los candidatos que se presentaron a la elección. Esta es la relación de causa-efecto entre el engaño y el beneficio obtenido.

Un dato de este sainete: el candidato Bertucci fue postulado por un grupo de electores que se identificó como Movimiento Esperanza por el Cambio, denominación muy parecida al partido de Ricardo Sánchez, Movimiento Político Alianza para el Cambio, que apoyó a Nicolás. Es extraño que el CNE aceptase esa denominación y que Sánchez no haya impugnado el uso indebido del nombre de su partido, cuando existe la obligación de adoptar una denominación diferente a la que corresponda a partidos políticos.

También, el candidato que se retiró, Luis Alejandro Ratti, se inscribió por iniciativa propia, por lo que tuvo que entregar al CNE el respaldo de firmas de electores equivalentes al 5% del registro electoral que corresponda al ámbito territorial del cargo a elección popular. En este caso debía ser de todo el registro electoral, que tiene más de 20 millones de electores, y 5% de ese registro excede el millón de electores. El candidato Ratti, después de llegarle a 1 millón de personas para que lo apoyasen decide retirarse, por lo que queda la duda de si presentó el respaldo de las firmas en esa cantidad, si el CNE verificó que existiera ese número de firmas, en el mismo papel de seguridad exigido cuando el referéndum revocatorio en contra de Maduro, y cuáles serían las razones para abandonar la carrera presidencial. En el supuesto negado de que sus firmas fueran ciertas, pudo superar al candidato Bertucci en el número de votos.

Muchas coincidencias que parecen irregularidades.

@rangelrachadell