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20 marzo 2018

Influencias de la historia

Los hechos históricos son interdependientes, sin unos es muy posible que otros no ocurran o que se demoren en aparecer. Si Constantinopla no cae en 1453, en manos del sultán Mehmed II, los venecianos no hubieran dispuesto de muchos de los libros que atesoraban los bizantinos. A Venecia huyeron los que pudieron, con todos sus libros escritos en griego que hablaban de una filosofía de otra época, de unos pensadores que se conocían, aunque no tanto.

Gracias a la imprenta, construida en 1450 por Johannes Gutenberg, se logró que se conocieran otras maneras de pensar, que el conocimiento se ampliara a otras materias, además de las religiosas. Los libros que llegaron a Venecia, con el paso del tiempo, fueron impresos una y otra vez. Como consecuencia de la caída de Constantinopla se interrumpió el comercio de especias con el Oriente, y por ello Cristóbal Colón obtuvo el financiamiento de los reyes católicos que le permitió descubrir América para los europeos en 1492. Sin la toma de Constantinopla nos quedamos sin libros interesantes y sin descubrimiento, por algún tiempo.

Un hecho de hace casi 60 años, como el intento de invasión de Cuba en 1961, por unos cubanos apoyados parcialmente por americanos, conocido como invasión de bahía de Cochinos, provocó el odio de Fidel Castro hacia los norteamericanos. La Unión Soviética le propuso a Fidel Castro colocar unas plataformas de lanzamiento de misiles nucleares en contra de Estados Unidos, y de cualquier otro país que no se sometiera al comunismo. Fidel permitió la fuerza militar soviética a partir de mayo de 1962. Luego de la crisis de los misiles, que por poco inicia la tercera guerra mundial, entre los acuerdos entre Jrushchov y Kennedy, Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba. Por esta razón es que el dictador Fidel Castro muere en su cama, aunque invadiera a Venezuela por Machurucuto en 1967. Hay invasiones malas e invasiones buenas, depende del país invadido.

Más reciente, es el impacto del socialismo del siglo XXI sobre las aspiraciones de los candidatos de izquierda en Latinoamérica. Si no fuera por el desastroso gobierno de la dupla Chávez-Maduro, que hace comer de la basura a muchos venezolanos y que emigren los jóvenes de nuestro país; en Colombia, candidatos como Iván Duque, representando al Centro Democrático, no le hubiera ganado tan fácil a Gustavo Petro, que representa a la izquierda castrochavista denominada Colombia Humana.

Otro efecto del desastre del gobierno castrochavista ha sido la patada histórica que le dio Lenín Moreno, presidente de Ecuador, al anterior presidente Rafael Correa, impidiendo la reelección indefinida de quien se identificó con la posición ideológica de Chávez y Maduro, no con las erradas políticas económicas de ambos. Que la justicia ecuatoriana esté investigando a Correa y a su entorno político, léase por causa, entre otras, de la enorme deuda externa y de la omnipresente Odebrecht y su política de compra de voluntades en todos los países en los que construyó obras públicas, como Venezuela. Es demostración de que el socialismo no deja nada bueno.

Otro suceso, no tan influenciado por la aversión al socialismo del siglo XXI, fue la elección de Mauricio Macri; quien le ganó al candidato apoyado por la presidente Cristina Kirchner, queridísima de Hugo Chávez.

El mal ejemplo del gobierno venezolano, que administró los más grandes ingresos petroleros que ningún gobierno manejó en el pasado, le está haciendo mucho daño a los progresistas colombianos, al partido de orientación kirchnerista argentino, a los socialistas ecuatorianos, y generando el viraje a la derecha del resto de la América hispanohablante.

Uno de los hechos históricos que está afectando al gobierno venezolano fue la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y parece que apenas empieza en su empeño de demostrar que en Venezuela el gobierno se comporta de manera dictatorial. Los socialistas de este patio preferían otro gobierno demócrata, más laxo con las dictaduras.

Nacer en un mes determinado puede dar ventajas competitivas en el deporte (por la fecha de corte de cada año en el que se escogen los jugadores); así como vivir en un período histórico sirve para tener conciencia del retroceso que puede dar una sociedad en lo político, en lo económico y en su salubridad. Se los dice quien tuvo la suerte de ver el paso de la televisión de blanco y negro a color, el nacimiento de la computación personal y del Internet o haber presenciado la evolución de la tecnología en una sola generación y la destrucción de nuestro país en una sola revolución.

Por cierto, hay que tener cuidado con Wikipedia, entre los cubanos y los chavistas le están imponiendo un sesgo izquierdista para justificar su versión de la historia.

@rangelrachadell

06 marzo 2018

Prestidigitando elecciones

Tengo un amigo que en otra época nos entretenía con trucos de cartas. Me daba la impresión de que se burlaba de nosotros, todo le salía fácil y no podíamos identificar el engaño. A José Rafael le llamamos Mago, prestidigita con las cartas, como lo hace Tibisay con las elecciones; ahora las ves, ahora no las ves.

Cuando quieres saber las reglas se supone que vas a la ley, a los reglamentos, a la normativa; eso es imposible en esta Venezuela. El Consejo Nacional Electoral empieza de una manera, se compromete a cumplir reglas, y luego, en medio de los procedimientos, las va cambiando dependiendo de las necesidades del gobernante. No estaba donde pensabas.

Hace poco, se firmó un acuerdo entre el candidato del hambre y del desespero con los candidatos de la comparsa; en este acuerdo de “garantías electorales” se comprometieron a respetar las condiciones establecidas. La presidente del CNE dijo varias mentiras, por ejemplo: que se han establecido condiciones en el pasado que se han respetado; solo que el traslado de centros de votación no había ocurrido nunca, hasta que fue necesario amedrentar a los electores para que no fueran a votar. El cuento de las auditorías en las que participan los partidos políticos lo puede complementar cualquiera que haya asistido a esas auditorías, es falso, los partidos son convidados de piedra, sus representantes se sientan, escuchan, a veces reciben un CD con información que luego es alterada (caso de los traslados de electores cuando ya estaba cerrado el registro electoral). El famoso registro de electores en el que no participa un representante de los partidos políticos, en el que no tienen ningún control ni información previa, en el que no pueden recomendar ni promover que se coloquen centros de registro en las universidades o donde la oposición tiene seguidores, que limita la participación de los ciudadanos que se encuentran en el exterior. Este es el mismo CNE en el que buena parte de la oposición no cree, así que de nada sirve tener, supuestamente, el mejor sistema electoral si los electores no participan por la desconfianza que le tienen a ese organismo.

En el acuerdo se refirieron al acompañamiento internacional, pero nada dijeron sobre la observación internacional –palabras parecidas, consecuencias diferentes–, medias verdades, muchas mentiras, silencios evidentes. Y esto lo firmaron sin leer la letra pequeña sobre el abuso de los recursos públicos, las cadenas, el uso de las migajas CLAP y la extorsión a quienes no voten como se les ordena. Nada de eso está en el acuerdo. Estos firmantes no pidieron las verdaderas condiciones que viene exigiendo la oposición: liberación de los presos políticos, rehabilitación de los partidos políticos ilegalizados, al igual que lo hicieron las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Evangelista Pérez Jiménez. Lo que falta es el famoso inciso seis que ilegalizó al Partido Comunista en el siglo pasado, ese mismo partido al que le parece bien que el gobierno disuelva partidos de oposición y que le cambien las condiciones establecidas para poder lograr sus fines políticos. Tampoco solicitaron reequilibrar la evidente parcialidad del CNE a favor del gobierno.

Yo no sé qué lograron con la firma de ese acuerdo, lo que sí está claro es que de nada les servirá. A veces es mejor quedarse callado.

Tibisay, al igual que el Mago, nos pide que mantengamos la atención en lo que no es importante, nos distrae, para luego sorprendernos con otra carta que no estamos esperando. El último truco son las elecciones de los cuerpos legislativos, que Tibisay y su combo no quisieron organizar en su oportunidad, elecciones que nuestra legislación prohíbe que se efectúen de manera conjunta con elecciones nacionales. Todo esto lo hacen contando con la necesidad de los afiliados de los partidos políticos de tener representación, con la característica ansiedad de participar. Entre mis conocidos solemos decir la siguiente frase: candidato no es gente. No hay manera de quitarle a un candidato la seguridad en su triunfo, contra viento y marea tratará de llegar hasta el final, así sea otra alucinación más.

El Mago y Natalia son unos valientes, tuvieron otro hijo en esta nuestra Venezuela convulsa, eso es tener esperanzas.

La realidad se impone, el hambre no claudica, las necesidades son muchas y puede que ocurran otros desenlaces.

Yo no aspiro a una solución mágica, como que venga un ángel y nos resuelva nuestros problemas, como lo expone un pasaje del Antiguo Testamento, que dice lo siguiente: “35. Aquella misma noche, salió el Ángel de Yahvé y mató en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil soldados; a la hora de despertar, solo se veían cadáveres” (2 Reyes, 19).

Unos esperan a un extraño, otro país, una potencia, un imperio, un ángel u otra ilusión. No quiero que haya muertes, no serán 180.000 cubanos los que morirán, pagaremos justos y pecadores. Todos venezolanos.

Si el gobierno insiste en mantener su trampa electoral estará haciendo un llamado a la violencia, y me temo que vendrá el Ángel del Señor.

@rangelrachadell

20 febrero 2018

Anuncios sorpresa y tedio

En un país tan aburrido como la Venezuela gobernada por Maduro esperar el siguiente anuncio no genera expectativas; hay tantos problemas heredados o creados por su forma de gobernar que casi cualquiera que intente resolver es un pasaje al desencanto. Algo para contarles a los hijos que están fuera, la última locura, el más reciente disparate.

Solo este año ha dicho que el carnet de la patria será el instrumento para pagar las pensiones; que las bolsas CLAP cubrirán las necesidades de 6 millones de venezolanos; que les llegará a 4 millones de familias los bonos especiales con los que podrá solventar la grave crisis que su gobierno desató. Falta empezar a construir el millón de viviendas ofrecidas para este año; para lo cual no existen el cemento, las cabillas ni la arena. Sin contar las carencias de electricidad, colectores de aguas, tuberías, hierro. Qué fácil es ofrecer.

Al sector salud le ha garantizado que las mujeres embarazadas recibirán un bono, que la recién bautizada misión Barrio Adentro 100% tendrá que trabajar casa por casa; que los muchachos del plan chamba juvenil van a hacer trabajo social de gratis (para ellos); que comprará un montón de equipos quirúrgicos y de tecnología para los hospitales, aunque los existentes estén paralizados por la escasez de repuestos. No quiero hablar de lo que le propuso al sector educativo, y eso por cuanto empezaría por los conucos escolares en todas las instituciones educativas, además de la promesa de entregar plata que no es de él.

Hasta ahora, lo único cierto es que Maduro ha venido aumentando el salario mínimo por debajo de la inflación, sin permitir que los patronos trasladen el costo de este aumento al precio de los productos, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo.

El 18 de febrero, Maduro anunció que tenía una "sorpresa" para ese domingo; pero no es la primera vez que anuncia sorpresitas. En marzo 2017, dijo que habría sorpresas con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; nada de nada. En octubre de 2017, habló de sorpresas muy importantes, que terminaron siendo el aumento de 30% del sueldo, la bolsa CLAP y el bono navideño. En noviembre de 2017, dijo que habrá “sorpresas” cuando el carnet de la patria sea el requisito para sufragar a nivel nacional; y, muy importante, la distribución del pernil navideño, lo cual no se cumplió. Lo hizo en diciembre de 2017, cuando generó preocupación en la frontera por “la sorpresita” que iba a divulgar.

En cualquier urbanización pueden dar fe del exceso de basura, y si el alcalde es rojito seguro que no la recogen con la debida frecuencia. Lo que no recuerda la gente es que, en diciembre de 2017, Maduro se comprometió a cubrir la dotación de aparatos para la recolección de desechos sólidos, pero no se ha visto la reluciente maquinaria que debería estar prestando ese importante servicio público. En esa misma oportunidad ordenó a la empresa Corpoes que adquiera la materia prima para la fabricación, renovación e importación de cauchos. Cauchos, aceite, me suena; tengo que ir a comprar esos productos, espero que me alcance el dinero que tengo. Para mí no hay bono, carnet ni caja o bolsa, ni juguete chimbo que al cabo no quería.

Chiste repetido. A Maduro le gusta crear tensión sobre sus próximas palabras. El anuncio de que dentro de poco habrá un anuncio; otro parto de los montes. Ya no hay sorpresa, puro tedio por la espera.

Lo que sí hay a cada rato son viajes sorpresa a Cuba y trampas electorales.

Sorprendente sería que Maduro disolviera la asamblea nacional constituyente por inconstitucional; que le restituyera a la Asamblea Nacional sus competencias y recursos; que devolviera empresas, haciendas y fábricas robadas con el cuento de la expropiación; que dijera que la Ley de Presupuesto y su informe anual, presentados ante la constituyente o el Tribunal Supremo de Justicia, son ilegales; y un largo etc. Sorpresa es que se fueran bien largo y lejos.

Los anuncios de Maduro son como la fábula de Esopo, que versionó Samaniego, así:

“Con varios ademanes horrorosos,

los montes de parir dieron señales.

Consintieron los hombres temerosos

ver nacer los abortos más fatales.

Después que con bramidos espantosos

infundieron pavor a los mortales,

estos montes que al mundo estremecieron

un ratoncillo fue lo que parieron”.


Total, que Maduro no dijo nada, se hicieron los mudos.

@rangelrachadell

07 febrero 2018

Invasión a la carta

Todos los cursos de Comando y Estado Mayor de la Fuerza Armada se entretienen con hipótesis de conflicto, antes con Colombia y Brasil, ahora con un enemigo que habla inglés, portugués, holandés o castellano.

En estos ejercicios mentales se analiza cómo, por dónde y cuándo se podría invadir a nuestro país. Los militares de otros países, ante el agotamiento del tema, también analizan posibles conflictos de otros Estados; simulaciones van, simulaciones vienen.

Antes de efectuar una invasión se deben definir los objetivos. Una parte quiere sustituir a la cúpula gobernante; la apertura del canal humanitario a fin de que llegue comida y medicinas para todos; la liberación de los presos políticos; el respeto a la institucionalidad de la Asamblea Nacional y a sus facultades para designar al Consejo Nacional Electoral, al Tribunal Supremo de Justicia, recuperar el control presupuestario y de gestión del Poder Ejecutivo; gestionar un proceso electoral, sin trampas o represión de los actores políticos, que permita recuperar la legitimidad de la presidencia. Los que gobiernan dicen que una invasión ocurriría para apropiarse de los recursos naturales, de nuestro petróleo; y ocuparnos como base de operaciones para subyugar a la América Latina.

Una invasión necesita varias condiciones: apoyo internacional, apoyo logístico, apoyo popular. Para defenderse de una invasión se necesita: apoyo internacional, apoyo logístico, apoyo popular.

El primer apoyo internacional que tiene que ganarse quien intente atacar o defender a Venezuela es el de Colombia; con menos guerrilla que antes; con militares dedicados a la lucha interna y no a la extorsión en carreteras, aduanas y aeropuertos, como me cuentan que hacen por aquí. Colombia es el factor de equilibrio, tenemos 2.219 kilómetros de límites, de fronteras vivas, con miles de habitantes de lado y lado. La frontera con Brasil es pura selva. No se puede efectuar una invasión sin la anuencia de Colombia, y quien representa al Estado colombiano es su presidente Juan Manuel Santos, de quien Maduro, en su política de buen vecino, acaba de llamar: “basura, imbécil, estúpido”.


Hay que ver que Maduro tiene mala prensa, hasta el presidente Trump lo acusó de violar los derechos humanos y socavar las garantías de la democracia venezolana; y el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, se refirió al gobierno de Maduro como un "régimen corrupto y hostil". Ni hablar del grupo de Lima o la Unión Europea. Así no se puede.

Los que defienden a Maduro son Cuba, Nicaragua, Bolivia y otros pocos, rodeados de agua por todos lados, muy agradecidos por el dinero que reciben en desmedro de la calidad de vida del venezolano. Rusia y China están lejos, tienen derecho a veto, en el supuesto de que haya algún trámite en la Organización de Naciones Unidas. Sin embargo, no se procuró el mandato del Consejo de Seguridad en la invasión de Irak.

La logística de una acción militar exige: material militar, comida y transporte. El material militar de los atacantes no lo conozco, del apresto operacional venezolano tengo mis dudas. Alguna vez tuvimos un armamento decente, pero dudo que esté en buenas condiciones debido a la falta de mantenimiento de los equipos, solo mencionar los 10 accidentes de helicópteros de esta administración socialista, la mayoría identificados con siglas rusas MI. Corre el rumor de que los tanques y los aviones no están artillados, que las municiones están guardadas lejos de los cuarteles. Comentan, desde los hechos del Fuerte Paramacay, que las bombas y los percutores están bien lejos unos de otros.

Napoleón Bonaparte, dijo: “Un ejército marcha sobre su estómago”. Nosotros, el pueblo, no conseguimos pollo, huevos, carne, leche, arroz, azúcar, harina de maíz y un largo etcétera, no me imagino qué comen nuestros soldados. Los socialistas tienen que reunir y alimentar a los combatientes, y a los chavistas que se presenten a defender el sagrado suelo de la patria en contra de la planta insolente del extranjero, sin un recipiente isotérmico cilíndrico construido en acero inoxidable, conocido como olla.

El transporte se puede identificar con tiempo. Los chismosos cubanos van a advertir cualquier movimiento de un portaaviones en el mar Caribe y se lo van a contar a su amigo Maduro. Pueden estar tranquilos si vienen a invadir por mar, y si es por tierra se tardarían unas cuantas horas en llegar a Caracas desde Maicao o San José de Cúcuta. Si los invasores llegan por vía aérea, desde ahí mismito como es el Aeropuerto Hato Curazao; tendrá que defenderse con los aviones gringos F-16, los Sukhoi rusos y los K8W de China; que ignoro si los que deberían estar en la Base Aérea Libertador, en Palo Negro, estado Aragua, o en el Aeropuerto Jacinto Lara, en Barquisimeto, estado Lara; están operativos. En el Aeropuerto José Antonio Anzoátegui, que está ubicado en Barcelona, estado Anzoátegui, no debe haber ninguno, pues los aviones comerciales se hundían por problemas de asfaltado.

Con bombas, que pueden lanzar desde suelo americano, es delicado, o como apuntó Diosdado Cabello: ¿creen que estas bombas si caen en Venezuela van a preguntar si usted es chavista u opositor?

La gran solución es la que declaró Maduro: “Eso sí, todos los colectivos, en un momento dado, si los gringos algún día nos invadieran, les saldrían como hormigas y se los tragarían como pasó en Vietnam”.

Estamos en manos de los colectivos, ese es el apoyo popular. Dios nos ampare.


@rangelrachadell

23 enero 2018

Cosas que pasan

Todo empezó como a las 9:00 de la noche del domingo 14 de enero de 2018, día de la Divina Pastora. En varias camionetas grandes, último modelo, todas de color oscuro, menos una que era blanca, llegaron a un edificio del este de Caracas como 40 hombres, todos vestidos de negro y con las caras ocultas, portando armas largas, muy largas, según refieren los vecinos.

Le pidieron al vigilante que los dejara pasar y al llegar a la garita le enseñaron las armas, lo pusieron contra la pared y le ordenaron que no contestara el intercomunicador. A una vecina que alimentaba a los gatos a esa hora le quitaron sus llaves para poder usar los ascensores. Apostaron en cada piso a un hombre encapuchado con esos rifles de asalto y como a las 9:15 pm procedieron a romper la puerta del apartamento 131. Hay que reconocer que estas puertas de seguridad que se estilaban en otra época son buenas, le dieron durísimo muchas veces, lo que les dio tiempo a los esposos y su hijo menor de edad a pedir ayuda a los vecinos. Pedían auxilio por cuanto no sabían si quienes estaban tratando de irrumpir en su vivienda eran ladrones, invasores de apartamentos, órganos de seguridad o colectivos armados. Es difícil hacer la diferencia desde el otro lado de la puerta. Los vecinos llamaron a la policía y esta llegó hasta la esquina, de allí no pudieron pasar al ver a unos de estos encapuchados con el arma larga, se detuvieron, observaron y se fueron.

Como a las 9:50 de la noche, al recibir una llamada, dejaron de romper la puerta, a todas estas no habían podido destrozar la puerta del 131. La llamada fue para aclararles que no era el 131, que era el apartamento 113. Qué pelón, se equivocaron, rompieron la puerta incorrecta, y así la dejaron.

En el apartamento 113, los hombres de negro tocaron la puerta, me imagino que de la pena de andar por ahí rompiendo puertas sin estar seguros, y la dueña les abrió. A la señora le dieron un fuerte golpe en la cabeza y le rugieron que debía cooperar, le cubrieron la cabeza con una tela y procedieron a sacudir todo. Al retirarse le dijeron que estaban buscando a un terrorista y que mañana se enteraría por la prensa (al día siguiente ocurrieron los hechos en los que terminó muerto Oscar Pérez). La propietaria hizo un inventario de los destrozos y descubrió que le llevaron documentos personales, anillos y cadenas de oro, computadoras, aparatos electrónicos, y tres bolsos que vaciaron y llenaron de lo que se cargaron.

No se llevaron a nadie detenido.

A las señoras de la junta de condominio las insultaron, les exigieron ver el lugar en los que se encontraban los grabadores de las cámaras de seguridad, las amenazaron con 13 años de cárcel por encubrir un terrorista. Las señoras facilitaron el acceso a los DVR, que graban a quienes han entrado últimamente a ese edificio. Los encapuchados comentaron que están buscando a alguien, que tal vez se estaba escondiendo. Los fulanos de negro arrancaron los DVR y se los llevaron. Unos vecinos dicen que la información contenida en los equipos no les interesa, que fue para que no subsista esa constancia del operativo, para que no quede evidencia de lo que hacen y cómo realizan los procedimientos. Todos coinciden en que no pagarán los daños ni lo que se llevaron. Lo más probable es que esos aparatos no los devuelvan, tal vez ya los hayan botado en cualquier basurero o los vendan por Internet.

De los bienes que sustrajeron de un apartamento o los bienes (DVR) que se llevaron de la comunidad, no se dejó constancia. Los hombres de negro nunca se identificaron como pertenecientes a un cuerpo de seguridad del Estado, nadie se identificó como fiscal del Ministerio Público, no presentaron orden de allanamiento autorizada por un tribunal. Mientras estaban en la planta baja hablaron por walkie talkie, aunque tampoco se identificaron por un nombre ni mencionaron a la persona que estaban buscando.

Persisten muchas dudas: ¿quiénes fueron los que se presentaron con un nivel tan alto de armamento? ¿Era necesario usar un lenguaje tan soez en contra de unas señoras indefensas? ¿Se justifica golpear, romper o robar? ¿Fue indispensable ese despliegue para un allanamiento? ¿Quién es esa persona tan requerida? ¿Qué nivel de información o inteligencia posee esta gente para hacer tal despliegue de fuerza para no encontrar a quien buscan y hasta de equivocarse del apartamento en el cual pretendían irrumpir?

No se tiene información de quiénes fueron los que hicieron este operativo, pero esa misma noche el periodista Nelson Bocaranda twitteó: “Patrullas del Dgcim en operativo sorpresa en cerro verde”.

A veces se lee sobre las actividades de los cuerpos de seguridad en los barrios, y en los que se denuncia la muerte de inocentes, esos que llaman OLP; la angustia que generan, la desazón que producen, la inconformidad con la situación; una cosa es leerlo y otra vivirlo.


Este es nuestro país, la indefensión en la que estamos. No tenemos un Estado responsable que pague los daños y los bienes, en el supuesto de que haya sido un cuerpo de seguridad el que hizo estos abusos. El país en el que nadie supo, nadie sabe, nadie sabrá. Fue horrible.

@rangelrachadell

12 diciembre 2017

Deflación política

Después de las elecciones de alcaldes sabemos que la oposición tendrá que reinventarse, que la política perdió valor como medio para solucionar nuestros problemas de país. Hoy no hay demanda de políticos, lo que genera un círculo vicioso: no se requieren políticos, no hay soluciones políticas, nada se puede resolver, menos necesitamos políticos.

Esto que puede parecer un trabalenguas es el resultado de sospechar que los dirigentes lo están haciendo mal, de pensar que puede haber una solución distinta al voto para salir del gobierno y que hemos agotado todas las opciones existentes, como si fuera una lista en la que hayamos verificado todas las alternativas posibles. He escuchado el argumento de que ya marchamos, protestamos, votamos, sacrificamos jóvenes y hasta unos militares intentaron un golpe de fuerza. Está bien, hicimos todo eso, pero lo único que ha dado resultado, por lo menos como desaprobación de lo que hace el gobierno, ha sido votar.

Perdimos muchas alcaldías que, sumadas a las que mantienen los seguidores del gobierno, nos deja en desventaja para las elecciones que se deben efectuar el año que viene. En estrategia estamos raspados, ya que para ganar una elección se requiere: a) un buen candidato, b) control electoral y c) suerte.

Tenemos aspirantes a candidato presidencial, aunque ningún acuerdo. Si la oposición se une o si aparece una opción fuera de los partidos conocidos que enamore a los electores, puede que tengamos un buen candidato.

El proceso electoral no lo hace solo el Consejo Nacional Electoral, también participan los testigos de los candidatos. En la mesa de votación está la mayoría de las trampas que se hacen en el proceso electoral, de no estar presente los testigos de la oposición los ratones hacen fiesta y votan por los ausentes (muy a menudo en las prórrogas del horario de votación). Se supone que los partidos políticos, con eso que llaman la maquinaria, están en capacidad de colocar testigos en todas las mesas y de hacer la movilización o contacto con los electores, pues se saben las direcciones de habitación de muchos de ellos y los pueden llamar por teléfono (Carlos Ocariz, en la elección de gobernador de Miranda, no tuvo testigos en todas las mesas de ese estado). Esta maquinaria trabaja en las alcaldías y en las gobernaciones, por eso menos alcaldías o gobernaciones significa menos control electoral; por ejemplo, la Gobernación de Miranda tiene alrededor de 3.000 cargos y la Gobernación del Zulia un poco más; al haber perdido esas gobernaciones tendremos menos personas haciendo trabajo político a favor de la oposición. Es verdad, estábamos peleando por unos carguitos, que a su vez permiten implementar políticas distintas a las del gobierno, en la medida de sus competencias y posibilidades, lo cual van a comprobar los electores que no votaron.

La última curiosidad en materia de trampas es el denominado carrusel de los puntos rojos (conocido como tiovivo), el cual quedó en evidencia por el video del fulano este de apellido Motta en el estado Nueva Esparta, en el que se puede observar que no depositó el comprobante en la urna electoral. Se sospecha que el mecanismo es el siguiente: el primer votante no deposita el comprobante de la máquina de votación en la urna, sale del centro electoral y se dirige al punto rojo, muestra que votó por el candidato de su preferencia, entrega su comprobante, recibe su bono y se retira. El siguiente elector continúa con la cadena de circulación de los comprobantes electorales, ingresa con ese comprobante, deposita en la urna el comprobante del anterior votante, se guarda el suyo y se dirige al punto rojo. Los electores interesados deben pasar por el punto rojo, verificando una y otra vez las manifestaciones de voluntad; así hasta que el último votante deposita los dos últimos comprobantes. A todas estas tienen que tener el carnet que prueba que es parte del proceso, el cual es intransferible.

La suerte siempre es necesaria, como le oía decir a mi madre: Dios te dé suerte que el saber de nada te vale, que es una variante del “nada vale nada si Dios no quiere”. Así que rece y trabaje por salir de este gobierno.

En la oposición está haciendo falta un nuevo Pacto de Puntofijo. Debemos ponernos de acuerdo para definir lo que queremos y lo que podemos hacer en política. Mientras no tengamos una agenda común será difícil recuperar el favor de los electores. Así como me enseñaron en la Facultad de Derecho: pacta sunt servanda (los acuerdos se hacen para ser cumplidos). Sin ofrecer expectativas grandilocuentes que no se puedan cumplir, que en buena medida es lo que le ha hecho daño a la oposición.

El presente es muy doloroso, la pérdida de las alcaldías es muy lamentable; pero qué le vamos a hacer, hay que pasar este duelo y trabajar por el futuro que queremos, se lo debemos a nuestros hijos, a los que se van del país por no haber podido cambiar las circunstancias y a los que nos quedamos a sufrir el socialismo del siglo XXI.

@rangelrachadell

28 noviembre 2017

Todos a cabildo

La organización básica de la sociedad venezolana, desde la Colonia, fue el cabildo. La ciudad, dirigida por unos regidores y alcaldes, llevaba el control del orden público, los pesos y medidas, la administración de justicia y, en general, la toma de decisiones que importaban a los pobladores.

El cabildo fue la manera que encontró la Corona española para organizar la Conquista. En América los pueblos gozaron de independencia y libertad, en buena medida por la lejanía de España. Ese es el antecedente de nuestros municipios y la actual organización en alcaldías como órgano ejecutivo y los concejos municipales como órgano legislativo.

Los cabildos abiertos o convocatoria a los miembros ilustres de la ciudad, fue la principal demostración del carácter democrático de esa institución. Los problemas relevantes eran planteados y decididos en el cabildo abierto, y a veces se opusieron a disposiciones del rey o designaron representantes para defender los derechos de la ciudad.

La importancia de las alcaldías no es solo por ser la manera como ordenamos nuestra vida en comunidad, es por ser la institución que defiende los derechos de los ciudadanos, la instancia a la que acudimos para resolver nuestros conflictos sociales. Los abusos, como la música alta, suele resolverse con la presencia de la policía municipal, o las limitaciones a las construcciones, la defensa del medio ambiente, la recolección de desechos sólidos, la poda de los árboles. Los municipios tienen competencias en educación; organizan actividades deportivas; sociales; artísticas; el servicio de catastro; el patrimonio histórico; la vivienda de interés social; el turismo local; las plazas, parques y jardines; los balnearios y demás sitios de recreación; la arquitectura civil; la nomenclatura y el ornato público; y muchas otras competencias (Artículo 56 de la Ley orgánica del poder público municipal).

El alcalde, en democracia, debe ser un funcionario que represente a la mayoría de los ciudadanos con derecho a voto que vivan en ese municipio; por eso, la alteración del registro electoral mediante el traslado virtual de votantes de un municipio a otro, para influenciar en los resultados de la votación es un acto desleal. A esto podemos oponernos mediante el ejercicio del voto.

Algunos vecinos plantean que no vale la pena ir a votar, que nada se gana, que pondrán presos a los alcaldes de oposición, como han hecho con varios, si no los han obligado a irse del país para evitar una persecución desalmada. Todos esos argumentos me suenan a una autoinmolación o suicidio a lo bonzo, lo que falta es que los opositores, para salir de este gobierno, prefieran bañarse con gasolina y prender un fósforo, solo que sería un voto menos.

Siguiendo a George Lakoff (autor del libro No pienses en un elefante), la violencia de un gobierno se puede frenar de tres formas: a) mediante un equilibrio de fuerzas, de forma tal que no haya nadie tan fuerte como para atreverse a atacar a otros. Si votamos en las elecciones de alcaldes podemos anteponer alguna institucionalidad, el alcalde será el representante del pueblo, la voz de la oposición en el ámbito municipal; b) mediante la persuasión colectiva ejercida por la comunidad, de tal forma que la violencia no sea una opción productiva; esta es la opción de los que buscan apoyo en la comunidad internacional, que presionen al gobierno para que detenga la persecución en contra de los opositores, permita la ayuda humanitaria para que ingresen alimentos y medicinas que tanta falta hacen, y que se otorguen condiciones aceptables para la participación ciudadana en los procesos electorales; o c) una policía lo suficientemente fuerte que frene cualquier tipo de violencia o que la castigue; en este supuesto se encuentran los que desean que Estados Unidos fondee un portaviones en La Guaira, que sea la policía imperial la que ponga orden en el desmadre que ha ocasionado el gobierno con su manejo del dólar, de la inflación y sus controles de precios.

El único de los anteriores supuestos que depende de nosotros los que quedamos en esta tierra de gracia es el de crear una fuerza para anteponérsela a Maduro. Solo votando por los candidatos de oposición podremos obligar al gobierno a hacer trampa. En el estado Bolívar, para poder ganarle a Andrés Velásquez, el Consejo Nacional Electoral tuvo que cambiar actas automatizadas a actas manuales y así poder amañarlas, ello por cuanto la diferencia entre ambos contendientes fue mínima; no así en el estado Miranda, en el que la ausencia de los votantes de la oposición facilitó el triunfo del candidato chavista.

Hemos tenido dirigentes que, por acción u omisión, han desencantado al electorado provocando la indiferencia y el deseo de no participar en los procesos electorales, pero hay otros dirigentes que decidieron tomar parte en estas elecciones de alcalde; a estos últimos tenemos que apoyarlos; están dando la cara, se están arriesgando por todos nosotros; debemos alentarlos.

Los invito este 10 de diciembre a apoyar con su voto al candidato a alcalde de su preferencia. Yo les recomiendo votar en el estado Miranda por Robert García @RobertGarciaP en Chacao, José Alberto Zambrano @ZambranoBaruta en Baruta y Elías Sayegh @eliasayegh en El Hatillo; quienes no quieren entregar la dirección de sus comunidades a los socialistas. Voten por ellos en Miranda y en todos los estados en la tarjeta de los independientes, de Independientes por el Progreso.

@rangelrachadell